Las jubilaciones en el
campo sanitario siguen siendo un
terreno de disputa para aquellos profesionales que terminan trabajando de más en el
Sistema Nacional de Salud. La mayoría de los sanitarios que se empiecen a jubilar perderán un porcentaje significativo de los ingresos en relación a lo que venían cobrando cuando estaban en activo. Las
guardias, unas horas extraordinarias realizadas durante décadas que, todo apunta,
no tendrán reconocimiento, serán un peso clave que desajustará la retribución.
Aunque la mayoría de los médicos cobren el tipo máximo, existe una parte del salario por la que los sanitarios no cobran de forma regular y, por tanto, no genera las mismas condiciones que el salario base. Es decir,
un porcentaje considerable del trabajo de los sanitarios no generará beneficios para aquellos que
cuelguen el hábito después de una vida de trabajo.
Según datos del Sindicato Médico de Granada (Simeg), la drástica reducción de ingresos que experimentan los médicos al jubilarse es notablemente preocupante. A pesar de que la mayoría cotiza por la base máxima permitida en el régimen general,
el tope de pensión en 2025 está fijado en 3.267,60 euros brutos al mes (45.746,40 euros anuales). Esto supone que, aunque un médico haya cotizado para recibir una pensión de 50.792 euros anuales,
la diferencia de más de 5.000 euros anuales se pierde debido a la limitación impuesta por la Seguridad Social. Esta brecha se traduce en una pérdida acumulada que puede superar los 100.000 euros a lo largo de una jubilación de 20 años.
"Aunque un médico haya cotizado para recibir una pensión de 50.000 euros, 5.000 de ellos se pierden por la limitación de la Seguridad Social"
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Las guardias y su condena
El problema se agrava para aquellos médicos que hayan realizado
guardias de forma habitual durante su carrera profesional, algo por otro lado bastante común. Las guardias, pese a ser obligatorias y representar una carga laboral extraordinaria,
no se computan íntegramente para la pensión debido a que su remuneración excede la base de cotización máxima. En otras palabras y según destaca el informe, los médicos habrán trabajado incontables horas adicionales sin que estas se reflejen en su jubilación que puede llegar a suponer un recorte del 50 por ciento respecto al sueldo en activo.
El aumento progresivo de los años necesarios para alcanzar el 100 por ciento de la cotización para la jubilación es otro factor que perjudica a los médicos. En 2025, se necesitarán 36,5 años de cotización para obtener la
pensión completa, y
a partir de 2027, la cifra aumentará a 37 años. Para los médicos, que comienzan su carrera profesional más tarde que otros trabajadores debido a la extensa formación universitaria y especialización (mínimo 10-12 años tras el bachillerato),
esto supone un obstáculo adicional para alcanzar una pensión digna.
Además, el sistema de jubilación impone una
“cotización solidaria”, que obliga a los médicos a
contribuir más sin generar derechos adicionales. En 2025, las cotizaciones extra oscilan entre el 0,92 y el 1,17 por ciento, y seguirán aumentando hasta 2045, cuando alcanzarán entre el 5,5 y el 7 por ciento.
Este sobrecoste no incrementa la pensión futura, lo que se traduce en una aportación económica sin contraprestación alguna.
"El sistema de jubilación impone una 'cotización solidaria' que obliga a los médicos a contribuir más sin generar derechos adicionales"
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La jubilación: un problema estructural
El informe también señala un problema estructural grave:
el déficit de médicos. “Las jubilaciones masivas de sanitarios no han sido adecuadamente previstas por las administraciones, lo que ha generado un
colapso en algunos servicios y ha aumentado la sobrecarga laboral de los profesionales en activo”, asegura resaltando que la combinación de ambos factores denota un claro perjuicio para los profesionales. Especialidades como
Medicina de Familia y
Pediatría se encuentran en
una situación crítica debido a la falta de nuevos médicos que reemplacen a los jubilados.
La fuga de profesionales al extranjero, motivada por mejores condiciones laborales y salariales, agrava aún más la crisis del sistema. Además, el número de
plazas MIR sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades actuales y futuras, lo que deja a hospitales y Centros de Salud en una situación precaria.
"Las jubilaciones masivas de sanitarios no han sido adecuadamente previstas por las administraciones, lo que ha generado colapsos en algunos servicios"
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Posibles soluciones temporales
El informe plantea varias opciones para minimizar el impacto negativo de la jubilación en los médicos. Entre ellas, se encuentran los planes de
pensiones privados, la prolongación de la vida laboral -
lo que pueda incrementar hasta un 4 por ciento la pensión para cada año adicional trabajado-, mejor tratamiento fiscal a las guardias médicas, un reconocimiento del carácter excepcional de la profesión médica con medidas similares a las que tienen bomberos y policías, entre otras.
La jubilación y el déficit de sanitarios que supone sigue siendo uno de los temas pendientes encima de la mesa a los que parece imposible encontrar una solución. Sumado a ello, la pensión de los profesionales deja fuera un porcentaje amplio de lo trabajado, esencialmente para aquellos que hagan guardias y, ante ello,
un futuro incierto para un sistema sanitario que requiere de más profesionales para poder mantenerse.
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