Esta semana se ha puesto en entredicho la
transparencia en los procesos de selección para la oferta pública de empleo. Todo estallaba, concretamente, el pasado domingo 29 de septiembre cuando la
OPE para aspirantes a entrar a RTVE en la categoria de periodistas e informadores
quedaba aplazada por una filtración de las preguntas, a escasos minutos de la llamada a los 5.000 candidatos para realizar el examen.
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En su web, la corporación informó de que "por motivos de fuerza mayor" quedaba
aplazado el examen de Información y Contenidos previsto para el 29 de septiembre de 2024. Una decisión que se tomó "para
mantener el proceso transparente y en igualdad de condiciones" pero que poco importó a los miles de aspirantes que congregaron desde todos los puntos del país en el campus de Somosaguas de la
Universidad Complutense de Madrid. Finalmente, esta prueba se retomará el próximo 2 de noviembre.
Pero, ¿qué ocurre con las
OPEs sanitarias? ¿Pueden estos errores afectar también a la
credibilidad de las pruebas para empleo público en el sector de la salud? Lo cierto es que en este campo las polémicas en relación a filtraciones, aunque el mundo sanitario no queda exento de oposiciones suspendidas o aplazadas. Desde
errores de impresión hasta pruebas con una dificultad "excesiva" o con escasa variedad de preguntas, pasando por
cambios en los méritos como la acreditación de idiomas, cuestiones de interinidad y un largo etcétera.
Tras este reciente aplazamiento de la OPE de RTVE,
Redacción Médica pregunta a sus lectores por su
nivel de confianza en las pruebas de empleo público para sanidad y si consideran que las filtraciones siempre están presentes en este tipo de procesos.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.