El
Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) aprecia en el Gobierno una renovada predisposición a abordar la posibilidad de que
los sanitarios puedan jubilarse a los 60 años sin perjuicio económico. Dirigentes de la central consideran, en este sentido, que el Ejecutivo ha realizado gestos que “abren una puerta de esperanza”, aunque por el momento no ha habido avances en los contactos con el Ministerio de la Seguridad Social.
En declaraciones a
Redacción Médica,
Isabel Lozano, secretaria de organización y comunicación de SAE, apela a los recientes movimientos del departamento que dirige
José Luis Escrivá, que bajo su parecer “parece dispuesto a meditar sobre la prejubilación” de los profesionales sanitarios debido a las
condiciones de penosidad y peligrosidad de su oficio. Una postura que el Gobierno plasmó en una respuesta parlamentaria al Partido Popular en la que informó de un próximo procedimiento “para la realización de estudios sobre siniestralidad en el sector”.
“Hay una
puerta de esperanza que no había en meses pasados. Esperemos que estas declaraciones intencionadas realmente se conviertan en medidas concretas”, explica la propia Lozano, que reconoce que SAE continúa a la espera de recibir respuesta del Ministerio de la Seguridad Social para mantener una
reunión con Escrivá. “Estamos a la espera de si nos recibe. De no ser así, mantendremos la presión para que se cumplan nuestras reivindicaciones”, destaca.
Reforma de las pensiones sanitarias
Desde el sindicato de Técnicos de Enfermería destacan, en cualquier caso, que la
primera etapa de la reforma de pensiones no contempla esta medida, de forma que “los profesionales sanitarios
deberán esperar a que avance la reforma”.
“Ante el anuncio de la reforma de las pensiones, el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) ejerció nuevamente, pues
ya fue denegado años atrás, su Derecho de Petición a la Secretaría de Estado de la Seguridad Social y Pensiones para que se iniciasen los procedimientos necesarios que concluyan en el reconocimiento de la profesión sanitaria como profesión de riesgo y, por lo tanto, la reducción de la edad de jubilación a los 60 años para los profesionales sanitarios y sociosanitarios, sin penalización”, apunta.
La central insiste en que estos trabajadores se enfrentan a
riesgos para su salud al estar expuestos a posibles infecciones, radiaciones y productos tóxicos, pero también al desgaste físico, psíquico y social que conllevan los turnos rotatorios y nocturnos, la escasez de personal, el envejecimiento de la población.
“Todas estas tensiones, implicación y esfuerzos deterioran su salud y provocan altos índices de morbilidad, obligando a estos profesionales a jubilarse de manera anticipada,
aun perdiendo dinero por los coeficientes reductores que se aplican. Sin embargo, el endurecimiento de estos coeficientes que recoge la anunciada reforma penalizaría demasiado anticipar la jubilación o la haría inviable”, concluye.
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