Daniel Gómez se enteró de que era número 1 del examen FIR a
8.309 kilómetros de su casa. “Comencé a recibir varios mensajes dándome la enhorabuena. Al principio no sabía ni por qué. Tras unos minutos me di cuenta de que era el número 1 de este año”, cuenta Daniel a
Redacción Médica desde Uganda, donde en estos momentos se encuentra haciendo un voluntariado
“mientras llega el día de los actos de asignación FIR”.
El joven farmacéutico, que eligirá Farmacia Hospitalaria, lleva ya varias semanas en Uganda, donde está colaborando con la farmacia de un hospital de allí. “En estos momentos estoy elaborando una guía farmacoterapéutica, con la que puedan
seguir trabajando y gestionando los fármacos”.
Daniel Gómez, en la farmacia del hospital de Uganda.
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Una tarea aprendida de la que para él es "una
referente de la Farmacia Hospitalaria". “El gusanillo por esta especialidad me lo inoculó
Chus Lamas, exjefa de servicio del
Complejo Hospitalario de Santiago (CHUS). Al principio, entre en la carrera de Farmacia pensando en dedicarme más a la investigación, pero durante mis prácticas en el CHUS coincidí con un equipo humano en el servicio de Farmacia Hospitalaria formidable. Lamas nos cuidó y nos enseñó mucho.
Por ellos decidí hacer el FIR”, cuenta orgulloso.
Dos horas de diferencia
Y lo cierto, es que Daniel, alumno de la academia GoFIR, no se esperaba sacar tan buena nota en el examen, y ni mucho menos ser el número 1. “Sabía que hice un buen test, pero de ahí a conseguir ese puesto había un mundo. Aquí en Uganda hay dos horas de diferencia con respecto a España, y cuando empecé a recibir los mensajes de enhorabuena me pillaron trabajando en el hospital. No sabía que habían salido los resultados. A partir de ahí,
tuve que ser yo quien llamara a mi madre para contárselo. Cuando se lo dije, no se lo creía”, confiesa el especialista.
Precisamente, a su familia y amigos agradece personalmente el apoyo que le han dedicado durante los últimos meses de estudios, “los cuales se hicieron muy duros”.
“Hubo muchos momentos de bajón y los días se me hicieron eternos, pero mis seres queridos siempre estaban ahí para apoyarme”, afirma.
"Sabía que hice un buen examen, pero de ahí a conseguir ese puesto había un mundo"
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Daniel se volverá de Uganda a finales del próximo mes. Allí está junto a su pareja, que ha hecho también el
examen MIR, y a la que “le ha ido muy bien”. Ambos, se han ido al África Subsahariana a ayudar gracias a una pequeña ONG llamada
Idiwaka. Con ella también estuvieron el año pasado durante seis meses en Camerún, ayudando a los más desfavorecidos.
Y aunque ahora comience su etapa como Farmacéutico Hospitalario, sin saber aún en que hospital desempeñará esta formación, Daniel reconoce que
“no quiero abandonar el voluntariado”.
“No creo que vuelva a tener tanto tiempo libre para seguir con el voluntariado, pero si quiero al menos una vez al año aprovechar mis vacaciones para hacerlo.
Me daría mucha pena perder el contacto con este mundo”, asiente, a la espera de regresar a España y celebrar con los suyos este resultado.
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