Examinarse del FIR por tercera vez: "Opto por ir al examen confiando en mí"

Durante la carrera de Farmacia, Marina no contaba con presentarse al FIR. Es más, trataba de 'locas' a sus compañeras que sí planeaban inscribirse en el examen de Formación Sanitaria Especializada (FSE). Su rechazo inicial era fruto de una continua necesidad de cambio, ya que no quería 'atarse' a un único ámbito profesional nada más salir de la universidad.

Pero todo cambió en el quinto y último año de Grado, cuando sus amigas le hicieron ver que una vacante de residencia no le cerraba puertas, sino que las abría: "Me explicaron que al terminar los cuatro años de FIR además de la experiencia tienes un perfil muy atractivo para entrevistas de trabajo, doctorados o investigación, y que puedes seguir 'buscándote la vida' en otras áreas. Fue ahí cuando pensé que quizá merecía la pena hacerlo", recuerda. 

"Mis amigas me explicaron que al terminar el FIR tienes un perfil muy atractivo y podías seguir 'buscándote la vida'".

No se presentó una vez, ni dos. Este 20 de enero será la tercera convocatoria en la que se somete a dicha prueba. Precisamente el hecho de haberse enfrentado a ella en varias ocasiones ha hecho que cambie de estrategia de cara al último mes de preparación. "Estoy tranquila, no tengo los nervios del primer año", sostiene. "Me propuse 'apretar' todo lo posible en diciembre para llegar a enero y descansar lo máximo", añade, porque está convencida de que "todo lo que no haya estudiado en tres años no se me va a quedar en un mes". En las dos anteriores convocatorias, su manera de afrontar el 'último empujón' fue muy distinta: "En enero estudiaba incluso más horas que durante el resto del año, y no sirvió de nada. Ahora he optado por llegar al examen confiando en mí misma", detalla.

Estudiar el FIR y trabajar a la vez, difícil pero no imposible

De manera paralela al estudio, Marina ha trabajado durante los dos últimos años en una oficina de Farmacia cubriendo bajas, vacaciones o festividades concretas, aunque siempre ha marcado en rojo los meses de octubre a enero en los que se ha desmarcado de cuestiones adicionales al examen. Contar con otro 'frente abierto' durante el resto del año no sólo le ha ayudado económicamente, también ha sido beneficioso en otros aspectos: "Psicológicamente viene bien desconectar y hacer otras cosas, porque el FIR puede no salir bien, y no quería sentir que había 'perdido' varios años de mi vida sin ganar experiencia ni pensar en otras cosas".

"No quería pensar que había 'perdido' varios años de mi vida sin ganar experiencia ni pensar en otras cosas".

Sin embargo, la primera vez que se presentó volvió a casa de sus padres para centrarse al 100 por ciento en el estudio, algo que tiempo después sigue recomendando a todos aquellos que se enfrenten por primera vez a dicha prueba. "Lo que tienes que hacer ese año es estudiar muchísimo. Luego ya es mirar el mismo temario una y otra vez, por lo que si estas varios años dándole vueltas a lo mismo sin hacer nada más acabas muy agobiada", sostiene.

Anécdotas durante el FIR

El otro factor de la ecuación de su día a día es el ocio. Ella misma segura que lo tiene "fácil" ya que comparte piso con algunos amigos y vive cerca de otros. El 'problema' es que todos ellos son farmacéuticos, y a veces le cuesta encontrar el momento para desconectar y hablar de cosas ajenas al examen. "En mi cumpleaños hice un cartel para que nadie hablara del FIR. No salió bien, pero lo guardé y ahora lo he pegado en la nevera, para que la gente recuerde que es un tema que me agobia fuera de mis horas de estudio", explica. 

Recordatorio de Marina a sus compañeros de piso.

Sus amigos no han sido su único apoyo en todo este tiempo. También ha contado con el 'cobijo' de su familia, que siempre le ha animado y ayudado. "El año pasado mi hermana fue a buscarme al examen. Cuando vio que la gente llevaba pancartas, cogió una caja de pizza de la basura y escribió 'Te queremos, Marina'. Ese fue su pequeño homenaje", recuerda.

Cartel 'improvisado' de la hermana de Marina en el FIR 2023.