Margarita Briongos sabe lo que es empezar la
preparación FIR "a medio gas" y completarla con éxito. Ahora recuerda sus inicios en la formación con una sonrisa y con los nervios habituales de quien está a diez días de enfrentarse al examen que cambiará su vida y con el que espera convertirse en farmacéutica especialista, pero reconoce que los inicios fueron "complicados". Para esta graduada en la facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, el principal problema fue
arrancar la preparación a finales de agosto, el mismo momento en que
empezaba su viaje de Interrail.
"Cada academia ofrece distintos programas y yo me apunté a uno que empezaba el 28 de agosto, pero justo me fui de Interrail por lo que
me perdí las dos primeras semanas de clase. Tras esto, tuve que ponerme al día con las asignaturas que se vieron esa semana, que encima eran las químicas y nunca se me han dado bien. El problema fue
enfrentarme a asignaturas que había dado por aprobadas en la carrera, porque en el FIR hay que examinarse de todo", reconoce la aspirante al
FIR 2024 que añade como otro de los "grandes retos" de la preparación el
poder conciliar los estudios con la vida social y la familia.
Fijándose en su horizonte más cercano, en ese temido y esperado 20 de enero, Margarita espera poder controlar sus nervios y conseguir hacerse con una plaza en su especialidad soñada:
Farmacia Hospitalaria. "Sé que es una de las que más rápido se cubren las plazas y tengo la presión de sacar buena nota. En cuanto al destino, lo ideal sería quedarme en Madrid pero no me importaría mudarme a otra ciudad. Si no consiguiera una plaza en esta especialidad tal vez elegiría
Microbiología o Análisis Clínicos, pero no le quiero dar muchas vueltas porque todavía no es el momento", asegura.
Como balance, explica que el FIR le ha servido para ver
conocer a fondo las especialidades y "enamorarse" de las que conocía menos."No sabía que, por ejemplo,
Farmacia Hospitalaria, me fuese a gustar tanto pero como los profesores son especialistas en estos ámbitos dentro de la academia puedes ver más de cerca en qué consiste cada especialidad y me ha ayudado a saber hacia dónde quiero seguir mi carrera.
"Estudiaba los domingos para poder cuadrarme con mis amigos los viernes o sábados. Si me toca volver a estudiar el FIR el año que viene no lo volvería a hacer"
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Cuadrar la "agenda FIR" con la vida social
A pesar de las ganas por superar el examen, Margarita llega "nerviosa y preocupada" precisamente por haber empezado el curso más tarde: "Flojeo bastante en las asignaturas químicas y hubiera necesitado ese tiempo inicial para leerlas bien. Hay cosas de las que me acuerdo pero otras son nuevas, por lo que
no me hubieran venido mal unos cuántos días más",confiesa.
Entre sus prioridades para llegar lo mejor preparada posible, sobre todo mentalmente, al FIR, destaca la importancia de descansar y apartar la cabeza del examen de vez en cuando, aunque reconoce que es necesario
"fiarse de las academias" en cuanto a la organización de los descansos e intentar seguirlos fielmente. "En mi academia teníamos los domingos como el día libre, pero por cuadrar con mis amigos y unirme a los planes de los viernes o los sábados, acababa estudiando también los domingos. Si me toca estudiar el año que viene otra vez no lo haría, ya que
veo necesario y reparador tener un día entero de levantarte sin despertador y no estudiar nada", reconoce.
Echando la vista atrás, confiesa que
lo mejor es no "obsesionarse" en ver a amigos y hacer planes con ellos todas las semanas sí o sí, ya que es posible "estresarse" al intentar cuadrar con todo el mundo: "Ahora dedico los domingos a estar de relax, veo una película tranquilamente, o voy de paseo con música".
Un FIR que no es para todo el mundo
Margarita explica que
el examen FIR "no es para todo el mundo". Hay gente que "se le da bien estudiar" y puede afrontarlo de forma fácil: "Si no eres muy bueno memorizando durante la carrera y has ido aprobando y olvidando las cosas,
enfrentarte a otras 10 asignaturas va a ser complicado, pero seguro que hay asignaturas más fáciles y no es tan aterrador y la recompensa merece la pena. Trabajar en un hospital si realmente es lo que quieres, por muy sufrido que sea merece la pena".
El conocer cómo eres como estudiante (si se controla mejor hacindo esquemas o estudiando por la noche, por ejemplo) eso te facilita las cosas y la preparación "no se hace tan complicada". Ver de primeras el temario puede agobiar, pero si se va individualizando poco a poco se hace ameno y se pierde el miedo. Además, recomienda
no empezar a prepara el FIR con un método nuevo de estudio "después de cinco años en la carrera con otro", además de prestar mucha atención a las correcciones de los simulacros.
Por último, añade que es "muy importante" elegir la academia que se ajuste más a su estilo de estudio. "De mi grupo de amigas, dos iban a hacer el FIR y decidieron
buscar academias con clases online, pero para mí no iba a funcionar porque no puedo estar todo el día encerrada en casa", concluye.
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