"El aumento aislado de plazas PIR no resolverá la sobrecarga en el SNS"

El anuncio de la ministra de Sanidad, Mónica García, sobre la posibilidad de aumentar las plazas de Psicólogo Interno Residente (PIR) hasta un total de 494 ha generado expectativas y debates dentro del sector sanitario y educativo en España. Este incremento, que podría verse reflejado en las próximas convocatorias, se enmarca en un plan más amplio del Gobierno para mejorar la atención a la salud mental y reforzar el Sistema Nacional de Salud (SNS), sobre todo tras la presión asistencial acumulada en los últimos años.

Actualmente, el acceso a la formación PIR está "extremadamente limitado". En la última convocatoria se ofertaron solo 247 plazas, insuficientes para cubrir la demanda, ya que más de 4.000 psicólogos aspirantes compitieron por ellas. Francisco García Gullón, psicólogo clínico y docente de APIR asegura que esto refleja una "brecha considerable" entre la oferta de plazas y la demanda de atención psicológica en la sanidad pública. En este contexto, la propuesta de la ministra Mónica García de aumentar las plazas a 494 representa un cambio importante, que "podría aliviar en parte esta disparidad" y mejorar el acceso a especialistas en salud mental en todo el país.

Las plazas PIR son fundamentales para la formación de psicólogos clínicos especializados, quienes reciben un entrenamiento y formación integral durante cuatro años, trabajando directamente en el SNS. Estos profesionales, tras completar su formación, desempeñan un papel crucial en hospitales y centros de salud, ofreciendo atención psicológica a pacientes que requieren tratamiento especializado para trastornos mentales.

Un aumento esperado, "pero no suficiente"

La noticia ha sido bien recibida por la comunidad psicológica, que lleva años reclamando un mayor número de plazas PIR. Las organizaciones profesionales, como el Consejo General de la Psicología, han subrayado que este aumento responde a una "necesidad urgente", sobre todo ante el impacto de la pandemia de COVID-19, que disparó la demanda de atención psicológica en la población.

Por parte de la formación de los psicólogos para el acceso a esta plaza, desde APIR, García Gullón señala que aunque el compromiso de incrementar las plazas PIR a 494 representa un avance, "sigue sin ser suficiente para cubrir las necesidades del sistema": "El déficit de psicólogos clínicos en el SNS es estructural, y aunque esta medida es un paso en la dirección correcta, coincidimos junto a muchos expertos en que el número de plazas debería continuar creciendo progresivamente en futuras convocatorias. El compromiso del Ministerio de Sanidad es un paso decisivo, ahora necesitamos medidas concretas que materialicen ese compromiso", resalta el psicólogo clínico.

"Centros de salud y hospitales deben tener la capacidad de absorber y formar a un número tan elevado de residentes PIR sin afectar a la calidad de su enseñanza"

Desafíos en la implementación

Uno de los principales retos que enfrenta esta propuesta es garantizar que los centros de salud y hospitales tengan la capacidad de absorber y formar a un número tan elevado de residentes. Las unidades docentes deben contar con los recursos necesarios para ofrecer una formación de calidad, y los tutores de PIR necesitarán apoyo para gestionar el aumento de alumnos sin que esto afecte a la calidad de la enseñanza ni a la atención a los pacientes.

Además, está el desafío de que estos psicólogos, una vez formados, encuentren estabilidad laboral dentro del SNS. "La temporalidad en los contratos y la sobrecarga de trabajo en muchos servicios de salud mental hacen que muchos profesionales opten por trabajar en el ámbito privado o en el extranjero, lo que podría diluir el impacto positivo de este incremento de plazas. Aunque algunas medidas recientes, como limitar el abuso de la temporalidad en los contratos sanitarios o aumentar la frecuencia de las convocatorias públicas de empleo, podrían corregir estas dificultades", apunta.

El contexto de la salud mental en España

La propuesta de aumentar las plazas PIR forma parte de un plan más amplio del Ministerio de Sanidad para abordar la crisis de salud mental que afecta a España. Desde el inicio de la pandemia, los casos de trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático, han aumentado significativamente. Esta situación ha sobrecargado los servicios de salud mental del SNS, que ya venían experimentando dificultades para atender a una población creciente con recursos limitados.

El propio Gobierno ha reconocido que la atención a la salud mental es uno de los principales desafíos actuales del sistema sanitario. En los últimos años, se han puesto en marcha campañas de concienciación y se ha incrementado el presupuesto destinado a la salud mental, pero, sñala García Gullón, "muchos profesionales consideran que aún es insuficiente para abordar la magnitud del problema".

¿Qué significa para el futuro de la salud mental en España?

Si se logra implementar con éxito este aumento a 494 plazas PIR, podría suponer "un antes y un después en la atención psicológica pública". Más psicólogos formados en el SNS permitirían reducir las listas de espera y mejorar la calidad de la atención a personas que sufren trastornos mentales, un paso crucial para la salud pública.

Aun así, la clave estará en que este aumento de plazas no sea una medida aislada, sino parte de un plan más amplio y continuo de refuerzo de la salud mental en España: "El sistema sanitario requiere no solo de más profesionales, sino también de mejoras en la infraestructura, en los recursos disponibles y en las condiciones laborales de estos psicólogos clínicos".

El anuncio de la ministra de Sanidad sobre la posibilidad de aumentar a 494 las plazas PIR es una noticia "alentadora" en un momento crítico para la salud mental en España. Sin embargo, aunque el incremento de plazas es un paso en la dirección correcta, "será esencial garantizar su correcta implementación" y acompañarla de "medidas adicionales" para consolidar una "mejora real" en la atención a la salud mental en el SNS.