E
l grado de picor de los pacientes dermatológicos está más cerca de dejar de ser subjetivo. Y es que un grupo de investigadores ha desarrollado un nuevo
sensor que cuantifica el picor de los pacientes con dermatitis atópica, midiendo el rascado cuando se coloca en la mano. De esta manera permite a los padres y médicos hacer un seguimiento de lo bien que se está controlando el picor en los pacientes, controlar la respuesta al tratamiento y detectar los primeros signos de empeoramiento de la enfermedad.
El picor atormenta a quienes lo padecen y puede ser tan debilitante como el dolor crónico, pero es un síntoma difícil de medir, sobre todo para los niños. No siempre pueden verbalizar o cuantificar su sufrimiento mediante una encuesta o una escala. También puede ser difícil medir objetivamente el picor en el caso de los adultos con enfermedades hepáticas, renales y ciertos cánceres que experimentan sus síntomas. Por tanto, es difícil saber si los tratamientos y los fármacos están funcionando bien.
Por ello, científicos de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, han desarrollado este sensor que se coloca en la mano y que, aunque se ha probado en pacientes con dermatitis atópica,
puede utilizarse en cualquier enfermedad que cause picor. Los resultados de la investigación se publican en la revista 'Science Advances'. El novedoso sensor puede servir de apoyo a los ensayos clínicos de nuevos tratamientos, hacer un seguimiento de la respuesta al tratamiento y controlar el empeoramiento de la enfermedad, todo ello en el ámbito doméstico.
Se trata del primer sensor
capaz de captar todas las formas de rascado: las relacionadas con el movimiento de los dedos, la muñeca y el codo. También es el primero validado en una población pediátrica, donde las afecciones como la dermatitis atópica son las más comunes.
Tan debilitante como el dolor crónico
"El picor atormenta a muchos pacientes en muchas condiciones. Puede ser tan debilitante como el dolor crónico -recuerda el autor principal, el doctor Shuai 'Steve' Xu, profesor asistente de dermatología y de pediatría en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern-. Si somos capaces de cuantificar el rascado con precisión, entonces tenemos la
capacidad de cuantificar objetivamente el picor. Esto es realmente importante en pacientes -como los niños- que no siempre pueden verbalizar o cuantificar su sufrimiento".
"La dermatitis atópica es mucho más que un simple picor en la piel -asegura Xu-. Es una enfermedad devastadora que causa un enorme sufrimiento en todo el mundo. La
calidad de vida de la dermatitis atópica grave (no sólo para el niño, sino también para los padres) es equivalente a la de muchas enfermedades potencialmente mortales".
"Los pacientes con dermatitis atópica tienen un 44% más de probabilidades de manifestar pensamientos suicidas como consecuencia del picor en comparación con los controles -prosigue-. Por tanto, la capacidad de cuantificar sus síntomas es realmente importante para ayudar a que se aprueben nuevos medicamentos, pero también para apoyar su vida cotidiana. En cierto modo, es como medir la glucosa para la diabetes... medir el picor en un paciente con dermatitis atópica puede ser igual de importante".
Momento "emocionante" ante las nuevas terapias
"Este es un momento emocionante para los niños y adultos con dermatitis atópica -o eczema- debido a la oleada de actividad en el desarrollo de nuevas terapias -reconoce la doctora Amy Paller, presidenta de dermatología en la Northwestern-. No hay nada más importante para medir la eficacia de un medicamento para el eczema que el picor, el síntoma que define el eczema y que tiene el mayor impacto en la calidad de vida. Este sensor podría desempeñar un papel fundamental en este sentido, especialmente para los niños".
Además, los médicos y los padres tienen la
posibilidad de hacer un seguimiento del control del picor en los pacientes en casa para controlar la respuesta al tratamiento, así como los primeros signos de empeoramiento de la enfermedad, apunta Xu.
Este sensor combina los avances en electrónica suave y flexible que envuelve perfectamente la mano con algoritmos de aprendizaje automático que identifican específicamente el rascado sin dejarse engañar por movimientos similares (por ejemplo, el movimiento de la mano). El sensor mide tanto el movimiento de baja frecuencia como las vibraciones de alta frecuencia de la mano para mejorar significativamente la precisión en comparación con las herramientas de vigilancia de la muñeca.
El sensor ha sido aceptado en el programa Drug Discovery Tool de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que permite calificar dispositivos novedosos como este sensor para ayudar a la aprobación de nuevos medicamentos.
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