Con la llegada de la primavera empezamos a destapar esa piel que hemos tenido oculta durante el invierno. Es en esta época también cuando florecen las alergias gracias a la polinización típica. Con ello, se produce un estímulo en el sistema inmunológico que puede hacer que empeore la dermatitis atópica.
Así se lo ha explicado a Infosalus la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Madrid, Inés Gonzalo, quien resalta que se trata de una enfermedad de alteraciones inmunológicas y por ello suele empeorar en esta época. "Se altera el sistema inmune con un mayor número de alérgenos por la polinización", precisa.
En concreto, la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV) define la dermatitis atópica como "una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que aparece fundamentalmente en niños". Es benigna y no contagiosa, según asegura, y suele iniciarse en la infancia, aunque en general dice que mejora con la edad, "aunque puede persistir en la edad adulta o incluso iniciarse en esta época de la vida", aclara.
Gonzalo destaca en este sentido que se trata de un trastorno "muy común" y "cada vez más frecuente", sobre todo en los países desarrollados, y que afecta por igual a ambos sexos, especialmente a los niños.
"Cada vez es más prevalente y hay más niños con dermatitis atópica, pero la mayor parte de casos llegan a curarse en la infancia, cuando el sistema inmune va calmándose, y no llegan a la edad adulta con ella. Esto es debido a la cultura de la higiene, principalmente. Cuanto más limpiamos a un niño, menos expuesto está a los alérgenos y su sistema inmune los reconoce como más extraños, y entonces se generan más reacciones, en forma de dermatitis atópica", explica la dermatóloga.
Tres síntomas fundamentales
En concreto, esta patología se caracteriza, según la Fundación Piel Sana, por la combinación de tres síntomas fundamentales: piel seca (xerosis), picor (prurito), y lesiones eczematosas (inflamación de la piel, con enrojecimiento y descamación).
Además, recuerda que la enfermedad suele cursar en forma de brotes, con empeoramiento de los síntomas con el uso de irritantes (como por ejemplo la lana o los detergentes), el estrés, el frío o el sudor.
Por otro lado, la jefa del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Madrid resalta que, aunque la causa sigue siendo desconocida, se cree que los factores genéticos pueden predisponer a su aparición. Desde la Fundación Piel Sana añaden que también pueden influir en la dermatitis atópica factores ambientales y del sistema inmunológico.
"Aunque hoy en día no es posible predecir si una persona va a presentar esta enfermedad, sí que se sabe que aquellas con antecedentes familiares de dermatitis atópica, rinitis alérgica, conjuntivitis alérgica o asma tienen más probabilidades de padecerla", indican.
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