Los
folículos pilosos trasplantados en las cicatrices tienen una tasa de supervivencia entorno al 70–90 por ciento, similar a la de la alopecia cicatricial secundaria, según un estudio clínico piloto en
cicatrices humanas maduras publicado recientemente por el Colegio Imperial de Londres en colaboración con investigadores españoles. Los científicos remarcan que esos resultados son comparables a la tasa de supervivencia de los injertos de folículos trasplantados en cicatrices, que es del 80-90 por ciento.
El estudio ha sido publicado en la revista científica
Nature, y ha demostrado cómo la piel con cicatrices puede comenzar a comportarse más como una “
piel sana” cuando se trata con
trasplantes de folículos pilosos. El ensayo clínico ha analizado a tres pacientes para llegar a esa conclusión, mostrando “cómo los trasplantes de folículos pilosos provocaron la
remodelación de las cicatrices de la piel, lo que dio soporte a nuevas células, vasos sanguíneos y a la remodelación del colágeno”.
Según los investigadores, los resultados indican una vía para una posible
mejora en los tratamientos para las cicatrices tanto en la piel como en los órganos internos, lo que genera “esperanza” para los pacientes con cicatrices más extensas. “Hemos presentado evidencia de que el trasplante de folículos pilosos anágenos sirve como un
enfoque prometedor para remodelar cicatrices humanas maduras”, remarcan, apuntando a que se trata de un “desafío clínico” de larga duración. A su vez, el estudio subraya que la capacidad de impulsar cambios duraderos en el tejido fibrótico establecido a través de la señalización paracrina abre “interesantes posibilidades” para nuevos enfoques regenerativos.
Estudio sobre la regeneración de la piel cicatrizada
Los investigadores detallan que con su ensayo presuponían que los folículos anágenos podrían promover la remodelación de la cicatriz. Para ello, han utilizado las cicatrices de la piel como un “modelo accesible” para la fibrosis, con el fin de encontrar que el trasplante de folículos pilosos anágenos conduzca a una
remodelación activa del tejido fibrótico hacia un fenotipo de piel saludable, lo que induciría “cambios” en la morfología y la firma transcripcional de las cicatrices maduras.
El presente estudio es el primero en probar la “capacidad” de dichos folículos a la hora de
alterar la morfología del tejido cicatricial originado después de que la herida se haya cerrado. Además, los investigadores apuntan a que una vez sean injertados en las heridas crónicas pueden “
acelerar el cierre de la herida”, aumentando el número de vasos sanguíneos y mejorando la regeneración de la piel: “Encontramos un aumento de la densidad celular y la vascularización después del trasplante”. Argumentan que “esto puede explicarse por la
migración de fibroblastos fuera de los folículos pilosos para apoyar la remodelación dérmica o la liberación de factores de remodelación directamente desde el folículo”.
Investigación de folículos pilosos
El estudio ha estado limitado por las “restricciones clínicas”, según subrayan los propios científicos, ya que han visto restringido el
tamaño de la muestra y el número y el momento de las biopsias en la piel. No obstante, recalcan que los cambios morfológicos que ocurrieron en las cicatrices después del trasplante de folículos pilosos, incluido el aumento del grosos epidérmico y la densidad de los vasos, se “asemejan” al proceso de cicatrización de las heridas.
Por otro lado, de cara a futuras investigaciones recomiendan explorar los trasplantes simulados con
piel sin vello, ya que inciden en que eliminaría el sesgo de inducir la cicatrización de las heridas. “Dicha intervención no fue posible debido a las
limitaciones éticas, dado que los pacientes involucrados en el estudio se someterían a cirugías estéticas de trasplante capilar”, indican.
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