El exceso de limpieza o de exposición al agua de nuestra piel supone una agresión para esta y puede deteriorarla. Así lo asegura el experto Román Barabash, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), que recomienda no ducharse más de una vez al día y siempre con agua tibia. “En el punto medio está la virtud”, insiste.
El médico advierte que hacer un abuso excesivo del agua puede ser perjudicial en caso de pacientes sanos o agravar enfermedades dermatológicas ya existentes, pues hay pacientes que presentan dermatosis molestas relacionadas con la exposición al agua como el prurito y la urticaria acuagénica.
Del mismo modo, un uso correcto del agua sirve como arma terapéutica para muchas enfermedades de la piel como la psoriasis, la ictiosisi o las dermatitis atópicas, muchas veces tratadas con hidroterapia utilizando diferentes aguas termales o medicinales.
Barbash también recomienda beber suficientemente agua al día para mantener las funciones de barrera y protección de la piel, así como para mantener sus características y cualidades estéticas.
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