La
micropunción se sitúa como un complemento "inocuo y eficaz" a los tratamientos tópicos para el
melasma, con resultados
óptimos por lo general a las 12 semanas. Por sí sola, produjo una
mejora de entre el 23 y el 29 por ciento en el Índice de Área y Gravedad del Melasma, según un reciente estudio de la Universidad de Ottawa.
Al analizar los resultados de 12 estudios anteriores, el R5 de Dermatología de este centro, Marcus G.Tan, y su equipo descubrieron que "añadir tratamientos tópicos dio lugar a
mayores mejoras en la gravedad del melasma, observándose un
efecto moderado a las 8 semanas y un efecto "considerable" en los siguientes 3 y 4 meses.
Según explica este residente, la micropunción tiene una "eficacia similar a otros métodos para administrar fármacos, como el láser de dióxido de carbono (CO2) o las
microinyecciones intradérmicas, para el tratamiento del melasma".
Esta técnica también mostró ser más exitosa, con un
perfil de tolerabilidad más favorable, cuando se utilizó en combinación con
tratamientos tópicos para despigmentación, en comparación con ácido tranexámico (TXA) por vía oral. Además, su utilización dio lugar a mayores puntuaciones de
satisfacción de los pacientes y en una mejora de la calidad de vida.
Su eficacia se respalda en tres mecanismos de acción. "En primer lugar, las microagujas contribuyen a la administración transcutánea de fármacos tópicos a través de los microporos", explicaba el impulsor del estudio. Además, la micropunción también "ayuda a la eliminación transcutánea de la melanina y otros residuos dérmicos" y las "microlesiones estimulan la respuesta de cicatrización de la herida y dan lugar a neocolagénesis, neoelastogénesis y engrosamiento epidérmico".
Sin cicatrices ni efectos adversos graves
Para llevar a cabo el estudio, los profrsionales realizaron una búsqueda en las bases de datos MEDLINE, EMBASE y Registro Central de Estudios Controlados Cochrane utilizando las palabras clave
"melasma" y "micropunción". Limitaron su análisis a estudios prospectivos y comparativos que incorporaban el uso de micropunción en el tratamiento del melasma y excluyeron los que implicaban radiofrecuencia.
A la hora de analizar los resultados, procedentes de casi
460 pacientes de 7 países, tuvieron en cuenta la mejora en la gravedad del melasma, evaluada mediante el Índice de Área y Gravedad del Melasma (MASI) como aspecto principal aunque también se valoró la mejora en la
satisfacción del paciente, la calidad de vida y los efectos adversos notificados.
La micropunción fue
bien tolerada en todos los estudios y no se notificaron cicatrices ni efectos adversos graves. Se produjo una
despigmentación leve en entre el 5 y el 12 por ciento de casos y en una minoría de pacientes se observó reactivación del virus del herpes simple.
Los tratamientos tópicos utilizados en los estudios incluían ácido tranexámico, vitamina C, plasma rico en plaquetas y sueros despigmentantes a base de hidroquinona como rucinol, sófora-alfa y N-acetil glucosamina.
De la docena de estudios, en cuatro se utilizó micropunción mecánica y en ocho se utilizó micropunción eléctrica de repetición. La longitud de aguja más utilizada fue de 1,5 mm, con un rango de 0,1 a 1,5 mm, dependiendo de la zona anatómica tratada. Se aplicó anestesia tópica 30 a 60 minutos antes del tratamiento. Los intervalos de tratamiento fueron de dos a cuatro semanas.
En un estudio de rostro dividido en el análisis, en que se comparó ácido tranexámico tópico mediante micropunción con ácido tranexámico tópico mediante láser de CO2 fraccionado, se observó que los dos enfoques tenían eficacia y tasas de efectos adversos similares.
En otros dos estudios, los investigadores compararon la micropunción con las inyecciones intradérmicas para administrar plasma rico en plaquetas o ácido tranexámico tópico. Las dos modalidades resultaron con una eficacia similar. "Sin embargo, se observó que la micropunción se toleraba mejor y, en consecuencia, la satisfacción de los pacientes era mayor", señaló el futuro médico.
Resultados "perdurables"
Como limitaciones, Tan señala la a
grupación de estudios aleatorizados y no aleatorizados en el metanálisis final, la heterogeneidad en los protocolos de tratamiento y los dispositivos utilizados, así como la inclusión de estudios con un riesgo de sesgo moderado. Aún así, estas limitaciones, asegura, no afectan la "conclusión de que la micropunción es un complemento útil y seguro a los tratamientos tópicos para el melasma", dijo.
"En el curso de los años se han propuesto muchos tratamientos con dispositivos basados en energía al igual que otras terapias. Sin embargo, ninguno ha mostrado resultados fiables, reproducibles y, lo que es más importante, perdurables", asevera Catherine M. DiGiorgio, dermatóloga especialista en láser y estética en el Boston Center for Facial Rejuvenation. "Hay que ser cautos en cuanto a la verdadera eficacia de los tratamientos para obtener algo más que, en el mejor de los casos, resultados temporales", advierte.
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