Los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (
MIT) han desarrollado una
nueva forma de
registrar el
historial de
vacunación de un paciente almacenando los datos mediante
tinte,
invisible a simple vista, que se administra
debajo de la
piel al mismo tiempo que la vacuna.
Cada año, la
falta de vacunación conduce a aproximadamente
1,5 millones de muertes evitables, principalmente en países en vías de desarrollo. Un factor que hace que las campañas de vacunación en esas naciones sean más
difíciles es que hay
poca infraestructura para almacenar registros médicos, por lo que a menudo no hay una manera fácil de determinar quién necesita una vacuna en particular.
"En algunas áreas del mundo faltan datos sobre quién ha sido vacunado y si se necesitan vacunas adicionales o no"
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"En áreas donde las cartillas de vacunación en papel a menudo se pierden o directamente no existen y las bases de datos electrónicas son desconocidas, esta tecnología podría permitir la
detección rápida y
anónima del historial de vacunación del paciente para garantizar que cada niño sea vacunado", explica, un exinvestigador postoctoral del MIT que ahora es profesor asistente de bioingeniería en la Universidad de Rice.
Los investigadores mostraron que su nuevo tinte, que consiste en
nanocristales llamados puntos cuánticos, puede permanecer durante al menos cinco años debajo de la piel, donde emite
luz infrarroja cercana que puede ser detectada por un
teléfono inteligente especialmente equipado.
Necesidad de registros
McHugh y el excientífico visitante
Lihong Jing son los autores principales del estudio, publicado en la revista
Science Translational Medicine.
Ana Jaklenec, científica investigadora del Instituto Koch para la Investigación Integral del Cáncer del MIT, y
Robert Langer, profesor del Instituto David H. Koch, del MIT, son los autores principales del artículo.
Hace varios años, el equipo del MIT se propuso diseñar un
método para registrar la
información de vacunación de una manera que no requiera una base de datos centralizada u otra infraestructura. Muchas vacunas, como la del sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), requieren dosis múltiples espaciadas a ciertos intervalos. Sin registros precisos, los niños pueden no recibir todas las dosis necesarias.
"Para estar protegido contra la mayoría de los patógenos, se necesitan
múltiples vacunas -añade Jaklenec-. En algunas áreas del mundo en desarrollo, puede ser muy difícil hacer esto, ya que
faltan datos sobre quién ha sido vacunado y si necesitan vacunas adicionales o no".
Para crear un registro médico descentralizado "en el paciente", los investigadores desarrollaron un nuevo tipo de puntos cuánticos a base de
cobre, que emiten luz en el espectro infrarrojo cercano.
Los puntos tienen solo unos
cuatro nanómetros de diámetro, pero están
encapsulados en micropartículas biocompatibles que forman esferas de aproximadamente
20 micras de diámetro. Esta encapsulación permite que el tinte permanezca en su lugar, debajo de la piel, después de ser inyectado.
Parche de microagujas
Los investigadores diseñaron su tinte para ser administrado por un
parche de microagujas en lugar de una jeringa y aguja tradicionales. Estos parches ahora se están desarrollando para administrar vacunas contra el sarampión, la rubéola y otras enfermedades, y los investigadores demostraron que su tinte podría incorporarse fácilmente en estos parches.
"Es posible que algún día este enfoque invisible pueda crear nuevas posibilidades para el almacenamiento de datos"
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Las microagujas utilizadas en este estudio están hechas de una mezcla de
azúcar soluble y un polímero llamado
PVA, así como el
tinte de puntos cuánticos y la
vacuna. Cuando el parche se aplica a la piel, las microagujas, que tienen 1,5 milímetros de largo, se disuelven parcialmente, liberando su carga útil en aproximadamente dos minutos.
Al cargar selectivamente micropartículas en microagujas, los parches entregan un patrón en la piel que es invisible a simple vista pero que se puede escanear con un teléfono inteligente que tiene el filtro infrarrojo eliminado. El parche se puede personalizar para imprimir diferentes patrones que corresponden al tipo de vacuna administrada.
"Es posible que algún día este
enfoque 'invisible' pueda crear
nuevas posibilidades para el
almacenamiento de
datos, la
biodetección y las aplicaciones de
vacunas que podrían mejorar la forma en que se brinda la atención médica, particularmente en el mundo en desarrollo", dice Langer.
Sin peligro para la eficacia de la vacuna
Las pruebas realizadas con piel de
cadáver humano mostraron que las
cámaras de los teléfonos inteligentes podían
detectar los patrones de puntos cuánticos después de hasta cinco años de exposición al sol simulada.
Los investigadores también probaron esta estrategia de vacunación en ratas, utilizando parches de microagujas que administraban los puntos cuánticos junto con una vacuna contra la polio. Descubrieron que esas ratas generaban una
respuesta inmune similar a la respuesta de las ratas que recibieron una vacuna tradicional inyectada contra la poliomielitis.
"Este estudio confirmó que la incorporación de la vacuna con el tinte en los parches de microagujas
no afectó la eficacia de la vacuna ni nuestra capacidad para detectar el tinte", apunta Jaklenec.
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