Los bajos niveles de la proteína disqueria en las células del carcinoma escamoso indican que estas se están preparando para emigrar a los
ganglios linfáticos y desde ahí,
diseminar el tumor por otras partes del cuerpo. Son las conclusiones de una investigación elaborada por el
Hospital del Mar que señala que estas células dejan de consumir glucosa para poder sobrevivir utilizando moléculas de colesterol LDL, el denominado colesterol malo. Este nuevo marcador puede ser un candidato prometedor para tratamientos que involucren inhibidores del metabolismo de los lípidos dirigidos a estas células para prevenir la metástasis.
El
carcinoma escamoso cutáneo, un tipo de cáncer de piel del que cada año se diagnostican en España entre 70 y 80 mil nuevos casos, está asociado a la radiación ultravioleta y suele afectar a
personas inmunodeprimidas. En los últimos 30 años los casos se han duplicado, a la vez que el diagnóstico se produce en edades más tempranas. Este cáncer, que aparece de forma recurrente, provoca metástasis en un 5 por ciento sin que, hasta el momento, se conozca cómo metastatizan estos tumores primarios y cuáles van a hacerlo.
En este estudio publicado en la revista
Life Science Alliance, los investigadores han podido confirmar el papel que juega la proteína disquerina en este proceso. Para ello, utilizaron muestras de 100 tumores primarios de pacientes con carcinoma de células escamosas. En los que habían hecho metástasis, las pruebas in vitro mostraron cómo ciertas
partículas de ARN no codificantes ya no se expresaban y cómo descendían los niveles de
disquerina, que es la proteína que ayuda a estabilizarlas. Estos niveles indicaban que las
células tumorales se estaban preparando para migrar. “Este es un mecanismo que puede explicar la metástasis, pero no solo eso, también es un marcador del momento en que la célula tumoral se prepara para migrar e iniciar este proceso”, explica Inmaculada Hernández Muñoz, investigadora principal del estudio.
De consumir glucosa a alimentarse de lípidos
El descenso de los niveles de disquerina induce un cambio metabólico en las células tumorales, que pasan de consumir glucosa a alimentarse de
lípidos, en concreto de
moléculas de colesterol LDL, el llamado
colesterol malo. Esto les permite sobrevivir a la migración a los
ganglios linfáticos y, de ahí, a otros órganos donde proliferan. El cambio es solo temporal y recuperan sus características originales cuando han completado el proceso. Los investigadores lo pudieron comprobar utilizando marcadores del metabolismo de los lípidos en las muestras analizadas. Este marcador sí estaba presente en los
pacientes con peor pronóstico.
"El tratamiento de las células afectadas con estatinas, que se emplean para combatir niveles elevados de colesterol malo, permite prevenir la aparición de metástasis"
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Ante este hecho, Hernández Muñoz destaca que el estudio "aporta un buen modelo para entender
cómo se propagan las células tumorales en los primeros estadios del tumor". De hecho, "abre el camino para estudiar si las personas con niveles más altos de colesterol LDL también tienen un
mayor riesgo de metástasis". El estudio también muestra cómo el tratamiento de las células afectadas con estatinas, que se utilizan para combatir los niveles elevados de colesterol malo, permitía revertir el metabolismo de los lípidos y prevenir la aparición de metástasis.
Al mismo tiempo, los investigadores demostraron que este mecanismo de cambio en el
metabolismo celular también ocurre en otros tipos de tumores. El estudio ha sido financiado por el Fondo de Financiación de la Salud del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y ha contado con la participación del Grupo de Investigación en Metabolómica Aplicada del IMIM-Hospital del Mar y la Unidad de Proteómica del Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG).
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