Aunque suene a verdad de Perogrullo, nadie acude al panadero para que le diagnostiquen migrañas. Ni consulta al jardinero sobre la pérdida de sus facultades olfativas para apreciar el aroma de las flores. Sin embargo, cuando se trata de cuidar la estética, pensamos en el esteticista, pero pocos se acuerdan del dermatólogo. ¿Por qué?
Una legislación poco clara, la carencia de medios en la Administración y el desconocimiento por parte de la población de los riesgos reales de someterse a tratamientos de estética sin la supervisión de un dermatólogo son los tres factores responsables del intrusismo según el Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (Gedet).
Agustín Viera, coordinador del Gedet, propone tres áreas de actuación para atajar este asunto. Por un lado, insistir en la formación del dermatólogo en Dermatología Estética, por cierto, un ámbito de especialización cada vez más demandada. Por otro, educar y formar a la población sobre los riesgos que supone recibir tratamientos estéticos sin la supervisión de un médico y llamar a la Administración Pública para que legisle y ponga en marcha mecanismos de control que eviten la mala praxis.
"El instrusismo por parte de los centros de estética en el campo de la dermatología genera un problema de salud a la población", asegura el coordinador del Gedet. El tratamiento del envejecimiento, del exceso de pelo, la eliminación de tatuajes, el uso de tecnología o de dispositivos emisores de energía son ejemplos frecuentes en España en donde se puede observar intrusismo.
"Todas estas acciones precisan un diagnóstico previo y exacto. Cuando aparecen resultados indeseados o complicaciones en personas tratadas en centros estéticos no médicos, suelen estar relacionados con errores diagnósticos", apunta Viera.
La depilación láser
Una actividad que parece ya cotidiana como la depilación láser conlleva importantes riesgos si no es llevada a cabo por un profesional. "Se precisa diferenciar pelo no deseado de carácter estético de pelo no deseado de importancia médica. Además, la eliminación de pelo mediante láser se debe realizar bajo control médico, idealmente dermatológico y que sea un sanitario quien realice la técnica", señala el coordinador de Gedet.
Un dermatólogo también podría diagnosticar con mayor precocidad de hirsutismo (pelo en la mujer "en áreas masculinas") a una paciente, algo fundamental ya que en estos casos es necesario compaginar el láser con un tratamiento médico.
Eliminación de tatuajes
Viera contempla con especial preocupación aquellos centros de estética que proponen tratar manchas o eliminar tatuajes con láser. "El uso de láser en lesiones pigmentadas sólo de debe ser realizado tras haberse descartado todo signo de malignidad".
Afirma con rotundidad que si alguien trata con láser una zona en donde hay un lunar, las posibilidades de saber si ese lunar es bueno o malo se dificultan enormemente. "Toda lesión pigmentada debe ser evaluada mediante dermatoscopia antes de ser tratada. Para utilizar esta técnica adecuadamente es necesaria una formación dermatológica previa".
Otros peligros del intrusismo
Situaciones como dolor prolongado, infecciones bacterianas, alteraciones de la pigmentación, cambios en la textura de la piel, cicatrices inestéticas, queloides, quemaduras o incluso daño ocular se observan con mayor frecuencia en centros de estética no médica, tal como asevera el coordinador de Gedet.
De hecho, según un estudio realizado en Alemania en 2013 los tratamientos por láser llevados a cabo por personal sin formación adecuada provocaron en un 81,4 por ciento cambios en la pigmentación y en un 25,6 por ciento cicatrices.
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