La especialidad de Dermatología ‘alza’ su voz contra las
cabinas de rayos ultravioletas, argumentando que uno de los efectos secundarios de su uso es el
desarrollo del melanoma. Desde la primera línea sanitaria recalcan que al igual que con el tabaco, los efectos adversos de estos dispositivos se están empezando a ver ahora. Y alertan de que sus consecuencias, que pueden llegar a ser mortales, se verán cada vez más durante los próximos años. “Creo que el
cáncer de piel está sufriendo un aumento de incidencia muy llamativo”, recalca
Elena Godoy, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (
AEDV). Concretamente, desde la entidad se ha advertido que en estos últimos cuatro años la prevalencia de la patología
ha aumentado un 40 por ciento, y advierten que si la tendencia no se revierte, en el año
2040 la enfermedad será el segundo tumor en incidencia global.
“Probablemente estemos viendo el resultado de toda la
cultura de sol, ya que no se tomaban las
medidas de protección adecuadas”, incide Godoy, argumentando que la misma sensación que tenía la población con las cabinas de rayos ultravioletas la tenía con las
quemaduras solares habituales de los meses más cálidos. “Había sensación de que me puedo quemar y no pasa nada. Ha surgido como con el tabaco. El aviso llegó tarde, ya cuando muchos pacientes y niños se habían quemado muchas veces. Estamos viendo ahora los resultados de muchos años de cultura de sol y estamos
diagnosticando melanoma en este tipo de pacientes”, comenta la facultativa a este diario.
Y es que, tal y como explica Godoy, se sabe desde el año 2010 que estos dispositivos son perjudiciales para la salud, pues la Organización Mundial de la Salud (
OMS) las declaró
cancerígenas. Añade, además, que estas cabinas se utilizan en el Sistema Nacional de Salud (
SNS), pero para
tratar enfermedades. Es algo “terapéutico”, indica, “no para
broncearse la piel, porque nos estamos jugando un cáncer de piel”.
Tal y como asegura Godoy, los usuarios de las cabinas de rayos uva tienen un
56 por ciento más de riesgo de sufrir melanoma. “Está claramente relacionado”, apostilla Godoy. A su vez, subraya que en Estados Unidos un cuarto de las muertes por esta enfermedad es por la utilización de estos dispositivos.
Prevención como ‘clave’ para evitar más melanomas
Godoy subraya que para cambiar la situación adversa actual es fundamental comenzar a
concienciar a la población desde las edades tempranas, aunque todavía falta por terminar de convencer a la sociedad: “Creemos que la población cada vez va tomando más conciencia. Se cuida más la piel, no dejan que los niños se quemen y no utilizan tanto las cabinas de rayos ultravioletas”. Además, la dermatóloga indica que sería “fabuloso” que se comenzara a concienciar desde los colegios. “Ahí está el futuro por donde vamos a prevenir ese cáncer de piel”, apunta.
Pero, una tarea pendiente es la de
explorarse la piel. Una medida preventiva ‘capital’ para revertir la tendencia actual: “Si algo podemos hacer es cambiar la actitud y empezar a explorar nuestra piel. Así, podemos cambiar la tendencia que está prevista para los próximos años, que contienen datos llamativos”, especifica la facultativa. Ese es el “punto clave” para hacer frente a la incidencia del melanoma. Se trata de “un
problema de salud importante”, que puede tener más prevalencia en España por la
“incidencia de radiación solar”.
“Tenemos que tener claros cuáles son los
signos de alarma: el crecimiento de tipo de mancha de aceite, el de forma irregular y el que se abulte”, sentencia Godoy, enfatizando en la importancia de explorarse la piel “una vez al mes”.
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