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Crean un nuevo tratamiento para frenar el linfoma cutáneo de células T

El fármaco bloquea la metilación y restaura la expresión de la proteína SATB1


22 dic 2020. 18.55H
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Los linfomas cutáneos de células (CTCL) se desarrollan a partir de células T y afectan principalmente a la piel con lesiones dolorosas. Los dos subtipos principales de CTCL son la micosis fungoide y el síndrome de Sézary. Una investigación publicada en The Journal of Clinical Investigation, demuestra que la expresión disminuida de la proteína SATB1 contribuye al desarrollo de estos linfomas y que los fármacos que provocan la reexpresión de SATB1 pueden ser posibles opciones de tratamiento para esta enfermedad.

"Los CTCL son extremadamente raros, con aproximadamente seis casos por cada millón de personas cada año. No está claro cómo se desarrolla el CTCL y, lamentablemente, hay opciones de tratamiento limitadas y no hay cura", explica el equipo de inmunólogos y hematólogos de Moffitt, formado por José Conejo-García, Javier Pinilla-Ibarz  y Lubomir Sokol.

Moffitt Cancer Center trata aproximadamente al 16 por ciento de los pacientes con CTCL en Estados Unidos. Con el fin de entender cómo se desarrolla este tipo de cáncer y para desarrollar nuevas terapias el equipo realizó una investigación  en base a un modelo de ratón que carecía de SATB1.

"La proteína SATB1 juega un papel importante en la muerte, proliferación e invasión celular, y también se ha demostrado que participa en los procesos que controlan las diferenciaciones de las células T", argumentan los expertos. Recientemente, se informó que la micosis fungoide se "asocia" con niveles más bajos de SATB1, lo que sugiere que "puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de esta enfermedad", explican los autores.


Contribución de la proteína SATB1


Para comprender cómo SATB1 contribuye a CTCL, los investigadores de Moffitt crearon un modelo de ratón que carecía de SATB1 en combinación con la sobreexpresión de NOTCH1, que se sabe que está involucrado en el desarrollo de CTCL. Los ratones desarrollaron bazos e hígados agrandados, ganglios linfáticos inflamados, un alto nivel de células T y vivieron un tiempo significativamente más corto que los ratones de control. Cuando los investigadores examinaron la piel de los ratones a los que les faltaba SATB1, descubrieron características que eran similares a CTCL, lo que sugiere que la pérdida de SATB1 coopera con NOTCH1 para promover el desarrollo de CTCL.

Los investigadores confirmaron estas observaciones al mostrar que las células T de pacientes con síndrome de Sézary tienen niveles significativamente más bajos de SATB1 que las células de donantes sanos.

"Nuestros resultados ofrecen una nueva perspectiva de la fisiopatología del CTCL, así como una justificación mecanicista para apuntar a las histonas metiltransferasas para anular la expansión maligna y el alojamiento de la piel en pacientes con CTCL avanzado", sentenció Carly Harro, primera autora del estudio y estudiante de Moffitt's Cancer Biology.

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