Investigadoras del
Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) han publicado un artículo en la revista
PLOS ONE en los que se analiza la incidencia, epidemiología, evolución y las fuentes de información en España de una de las enfermedades denominadas desatendidas: la
sarna. Una enfermedad infecciosa que, según apuntan las investigadoras, ha
crecido en los últimos años tras más de una década de descenso.
La sarna, también conocida como escabiosis, es una enfermedad de la piel causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, muy contagiosa y que constituye una dermatosis frecuente y de fácil tratamiento, por lo que no se asocia a complicaciones graves. El
artículo de Zaida Herrador y Lidia Redondo, del CNE (Centro Nacional de Epidemiología) y del Centro Nacional de Medicina Tropical (CNMT), se elaboró con el objetivo caracterizar la población afectada y conocer la distribución geográfica y evolución de la sarna en España entre 1997 y 2019, así como describir los principales entornos de transmisión.
Las autoras aseguran que la sarna se presenta frecuentemente en forma de
brotes surgidos en instituciones sociosanitarias o militares -el contagio es más frecuente en lugares de continua convivencia y presencia de camas reutilizadas-, que afectan a los residentes y al personal y que generalmente son difíciles de detectar y controlar por el infradiagnóstico y la demora o ausencia en la notificación de los brotes.Esto conlleva que
el grupo de profesionales socio-sanitarios sea uno de los más afectados por esta ectoparasitosis.
¿Por qué hay una tendencia creciente de sarna?
Las conclusiones de la investigación desvelan que en España se observa una posible
tendencia creciente de ingresos hospitalarios por sarna desde 2014, tras un descenso continuado entre 1997 y 2014, y que los principales
focos de transmisión fueron los entornos sanitarios y sociales. Una de las principales novedades metodológicas del trabajo es el uso de cuatro diferentes fuentes de datos -además de la RENAVE y el CMBD se han sumado datos de Atención Primaria y de salud laboral-; el uso de cuatro fuentes distintas e independientes mejora la foto epidemiológica de la enfermedad y facilita el manejo de los datos de partida.
Las autoras señalan que para reducir el impacto de la sarna entre colectivos más vulnerables de España se deben considerar medidas que incluyan la
mejora de estudios epidémicos, registros nacionales y vigilancia epidemiológica; el refuerzo del diagnóstico clínico y la detección temprana de casos; la mejoras en la higiene y formación del personal sociosanitario, y un impulso al tratamiento que incluya incluyendo la administración masiva de fármacos en los brotes denominados institucionales. El aumento actual de resistencias al tratamiento supone un reto añadido en el manejo y control de esta enfermedad, concluyen.
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