Un
estudio de cohortes retrospectivo ha revelado que el uso de
cosméticos faciales, como
geles y
desmaquillantes,
cremas hidratantes con fragancias y conservantes, así como
fármacos tópicos, está ligado con una elevada incidencia de
dermatitis alérgica por contacto en
pacientes con
rosácea. Debido a ello, los investigadores del estudio recomiendan la realización de
pruebas epicutáneas en aquellos que presentan
empeoramiento de sus
lesiones tras aplicarse este tipo de productos.
El artículo, publicado en
Actas Dermo-Sifiliográficas, enfatiza que los
fármacos tópicos empleados para el tratamiento de
rosácea también pueden
empeorarla, por lo que se recomienda incluirlos como potenciales alérgenos en la exploración diagnóstica. La rosácea consiste en una afeción de la piel sensible e irritable, y que puede llegar a ser susceptible en distintos
productos cosméticos o tópicos que se usan para
calmar esta sensación o el flushing o
enrojecimiento. En el estudio se afirma que se han encontrado muchos pacientes que han incluso empeorado tas usar fármacos recomendados, generando la sospecha de que existe una alergia cutánea detrás de los productos que se emplean.
El objetivo principal del
estudio dermatológico ha sido analizar la
sensibilidad alérgica de contacto en los pacientes con rosácea de su medio y para llevarlo a cabo se usó información de los pacientes parcheados en la Consulta de Alergia Cutánea del Servicio del
Hospital General de Valencia entre mayo de
1991 y mayo de
2019. A lo largo de este periodo se llegó a diagnosticar hasta
200 pacientes con rosácea,
81 por ciento de sexo femenino y
19 por ciento de sexo masculino, con una edad media de 44,7 años. Todos fueron tratados con base en la serie estándar española de
pruebas alérgicas de contacto recomendada por el Grupo Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea.
Los cosméticos, principal fuente de sensibilización
Los
parches positivos que aparecieron de forma más frecuente fueron el
níquel (26 por ciento),
cloruro de cobalto (6,5 por ciento),
isotiazolinonas (6 por ciento),
parafenilendiamina (PPDA; 5,5 por ciento), mezcla de
perfumes II (5 por ciento) y
tiomersal (3,5 por ciento). Por otra parte, el grupo de sustancias detectadas con mayor frecuencia fue el de los
metales con una relevancia presente en 12,6 por ciento, seguido de los
fármacos con una relevancia presente en 25,8 por ciento. Los siguientes grupos de sustancias más frecuentemente positivas fueron los
conservantes y las
fragancias, con una relevancia presente en 70,8 por ciento y 43,7 por ciento, respectivamente.
Así pues, el estudio acaba determinando que la fuente de sensibilización más frecuente
fueron los cosméticos en 76,6 por ciento de los casos con dermatitis, donde destacaron cremas hidratantes, perfumes, tintes capilares y lacas ungueales, seguidos de
fármacos tópicos en 23,3 por ciento, con mayor prevalencia de corticoesteroides y antifúngicos tópicos.
Próximo paso: Comparar con un grupo control de población sana
Pese a estos datos revelados, el estudio considera que las
limitaciones de la investigación radican en que al ser
retrospectivo se pierden datos y en que no se dispuso de un grupo de control, porque habría sido interesante tener información de otra población para hacer comparaciones directas.
Poder realizar comparaciones con un
grupo control de población sana o de población con otro tipo de dermatosis permitiría sacar conclusiones mucho más reveladoras. Por otra parte, los investigadores apuestan por adaptar este método de pruebas en la
práctica clínica real, con pacientes con rosácea que no mejoran con el tratamiento pautado.
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