La
inteligencia artificial (IA) se ha convertido en los últimos años en una
herramienta fundamental para el diagnóstico temprano del
cáncer de piel y para generar
modelos predictivos sobre la evolución de la enfermedad que permitan mejorar la calidad de la atención sanitaria. En el marco del
49º Congreso de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se llegó a plantear si la IA pudiera llegar a rivalizar o incluso a sustituir al especialista, situación que los dermatólogos no vislumbran en el futuro.
Antonio Martorell, dermatólogo del
Hospital Manises de Valencia, afirma que la IA sólo ha llegado para ayudarnos, mejorando la experiencia en la consulta y la atención al paciente, pero las máquinas carecen de capacidad de intuición y de innovación, contrariamente al
cerebro humano, por lo que difícilmente podrán nunca sustituirnos”. Pese a ello, Martorell no duda de la gran utilidad que ha significado este tipo de tecnología a la hora de abordar el cáncer de piel: “
yo veré siempre a la inteligencia artificial como una oportunidad, siempre y cuando los dermatólogos nos impliquemos en el desarrollo de los productos; animamos mucho a nuestros colegas a entrar en contacto con el
mundo de la IA, a que la entiendan, la estudien y vean de qué forma puede ayudarles a resolver problemas en sus consultas”.
Actualmente son muchas las
aplicaciones que la IA ya es capaz de aportar a la práctica dermatológica. En la actualidad se utiliza, entre otras cosas, para establecer
diagnósticos diferenciales precisos frente a patologías comunes como la psoriasis, la dermatitis atópica o el acné, así como para el desarrollo de protocolos terapéuticos personalizados y la predicción de resultados a medio y largo plazo.
Por otra parte, esta inteligencia también desempeña un papel fundamental para la teledermatología, donde el diagnóstico en remoto se apoya en aplicaciones que permiten el reconocimiento de imágenes. Por su creciente relevancia, estos temas también han ocupado un espacio en el
49º Congreso Nacional de la AEDV.
Automatizar el diagnóstico de tumores cutáneos
En dermatología oncológica, la IA contribuye a automatizar el diagnóstico de los
tumores cutáneos, ya que permite diferenciar entre
lesiones melanocíticas y no
melanocíticas, llegando incluso a establecer clasificaciones más precisas, dentro de estos
dos grandes grupos tumorales. Ello supone una ventaja para el diagnóstico temprano del cáncer cutáneo y ayuda a generar sistemas de cribado capaces de priorizar los casos en función de su gravedad. “La inteligencia artificial permite a los pacientes con cáncer de piel llegar antes a nuestras consultas”, ha señalado en este sentido Martorell.
Al mismo tiempo, las aplicaciones basadas en inteligencia artificial resultan interesantes para el diseño de modelos que generan
algoritmos de predicción a partir de datos anonimizados procedentes de pacientes. Como ejemplo, existen algoritmos computacionales que permiten predecir la progresión metastásica del melanoma cutáneo basándose en los datos de
expresión genética y
microRNA 2 del propio tumor. “La IA nos ofrece la posibilidad de determinar, en base a predicciones algorítmicas, qué pacientes pueden llegar a tener peor pronóstico. El Big Data y el análisis de esos datos nos van a permitir segmentar mejor a los pacientes y personalizar más los tratamientos”, ha asegurado el especialista.
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