Uno de los guardias civiles que participó en las acciones que tenían el objetivo de paralizar la celebración del referéndum del 1 de octubre en Cataluña tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios públicos catalanes por los golpes recibidos durante la jornada.
En concreto, un sargento de la guardia civil que declaró este jueves en el Tribunal Supremo durante el conocido como juicio del 'procés independentista' llegó a acudir a los servicios del centro de salud de Sant Andreu de la Barca durante la jornada del 1 de octubre.
Según ha explicado el policía, los manifestantes le "retorcieron el dedo", lo que le provocó un "dolor agudo y muy intenso" que finalmente derivó en un "esguince". Sin embargo, tal y como ha manifestado el guardia civil durante el juicio, en el informe que le realizaron en el centro de salud solo le pusieron que presentaba "crepitación".
A pesar de todo, el agente relata que cuando terminó la jornada presentaba un pequeño esguince en el dedo. Por ello, puso una queja contra el centro médico en el que había sido atendido y, también contra la doctora que le había prestado asistencia sanitaria, dado que no le había determinado que tuviera un esguince.
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