Una paciente ha solicitado
medio millón de euros de indemnización a su médico después de haber perdido la movilidad de ambos brazos tras una operación de extirpación de pólipos. La paciente ha presentado una reclamación formal apuntando a
varias negligencias del facultativo durante la intervención y el postoperatorio.
Los abogados del facultativo han solicitado la desestimación de la demanda
|
La afectada fue diagnosticada de
tres pólipos que se clasificaron como adenomas tubulares, por tanto se programó una operación para su extirpación. Se le practicó una colecistectomía, intervención consistente en la extirpación de la vesícula biliar, y una posterior hemicolectomía,
extirpación de parte del colón.
El postoperatorio transcurrió con diversas complicaciones que dieron lugar a que la paciente solicitara el
alta voluntaria un mes después, siendo trasladada a otro hospital donde permaneció casi un mes más. En este centro constataron que la paciente había ingresado con una importante disminución de fuerza en los brazos, siendo mucho más evidente en el izquierdo. Se le practicó un electromiograma, una prueba para evaluar el estado de los músculos, que reveló una lesión del plexo braquial izquierdo.
Los médicos determinaron que se debía a una mala postura a lo largo del postoperatorio.
La paciente pasó por varios tratamientos de rehabilitación, no consiguiendo mejoras significativas en la movilidad de sus extremidades superiores. Ha alegado que esto le ha supuesto grandes complicaciones en su vida diaria, ya que también sufre cierto grado de paraplejia en ambas piernas,
teniendo que utilizar una silla de ruedas, por lo que solicita una indemnización de medio millón de euros.
La acusación al doctor por la parte reclamante se ha basado en que la situación que ahora vive la afectada se debe a una ausencia de información preoperatoria, a
una mala posición antes y durante la intervención y a un deficiente control de la lesión posterior.
Por su parte,
los abogados del facultativo han solicitado la desestimación de la demanda declarando que, tanto la operación en sí como el tratamiento postoperatorio, se llevaron a cabo en todo momento de forma correcta y conforme a la lex artis ad hoc.
Solicitan que se acredite debidamente el nexo causal entre los daños y la actuación del médico, y en este caso también la negligencia que se le atribuye.
La acusación se ha basado en que existió ausencia de información preoperatoria
|
Entre otras cosas han indicado que la cuantía reclamada no se ajusta a la realidad por dos motivos. Primero, que no se especifican los daños o secuelas concretos que alega la paciente, y segundo, que en el caso de tener lugar dicha lesión la cuantía queda desacreditada por un informe pericial de valoración de daños, que
la fija en algo menos de 30.000 euros.
Los letrados que defienden al doctor han querido aclarar que el médico no es quien coloca al paciente en la mesa de intervenciones, sino que se trata del anestesista y el personal de enfermería quienes asumen tales funciones. Han negado por tanto que exista relación entre la propia operación llevada a cabo por el doctor y las posibles consecuencias de adoptar una mala postura en el
quirófano. Aún menos que hubieran sobrevenido durante su posterior estancia en la segunda clínica, donde ya no estaba atendida por el médico reclamado.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.