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Los médicos no ven claro que los padres acompañen a sus hijos en quirófano

Hay debate sobre si la compañía de los padres hasta que el niño se duerma humaniza la intervención

Imagen en la que se ve cómo entra un niño al quirófano con el coche. (Fuente: Youtube)

22 dic 2018. 17.15H
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POR NURIA FDEZ. GÁMEZ
Entrar a quirófano da respeto e incluso miedo, por leve que a priori sea la intervención, y más en el caso de los niños. Recientemente un hospital de Bilbao ha empleado un innovador método para tranquilizarles: los pequeños acceden a la sala montados en coches de juguete, lo que hace que vayan más tranquilos y sonrientes, como si de una aventura se tratase. Los aparentes beneficios del método han puesto sobre la mesa la necesidad de repensar cómo se abordan estas situaciones. Una de las propuestas más repetidas es si interesaría o no que los padres acompañasen a los menores dentro de quirófano hasta que la anestesia haga efecto

“Si sabemos que el acompañamiento beneficia y si hay evidencia, adelante. Pero sobre este debate tenemos que contar con la opinión de los profesionales para asumir los riesgos derivados de que entren”, ha manifestado a Redacción Médica Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes (FEP). En este sentido, Lorenzo ha explicado que se está hablando de zonas que deben guardar niveles máximos de limpieza e higiene, con lo cual habría que estudiar bien si es aconsejable o no ese 'trasiego' de personas 'ajenas' a la intervención.

En la misma línea se posiciona Rogelio Altisent, especialista en Medicina de Familia, profesor de Bioética en la Universidad de Zaragoza y miembro del Comité de Bioética de España, quien añade que el hecho de que estén los padres en el quirófano "no aporta nada sustancial al acompañamiento emocional del niño”. Altisent ha argumentado que, ante un caso puntual, sí se puede hacer este acompañamiento, pero no como algo sistemático. “Desde el punto de vista organizativo y operativo probablemente haya mejores soluciones que no hagan necesario que los progenitores entren” hasta que el niño se duerma, ha añadido.

En el camino hacia la humanización


Si en algo están de acuerdo ambos expertos es en que el planteamiento de debates así marcan el camino correcto hacia la meta que se quiere conseguir: la humanización y la mejor experiencia hospitalaria de los pacientes.  Por su parte, Altisent ha reflexionado sobre cómo habría que abordar la continuidad asistencial que se da en estos momentos y sus posibles mejoras. Por ejemplo, ha indicado que actualmente el paciente, cuando es intervenido, llega a recibir información de hasta seis cirujanos o especialistas diferentes, algo que le desorienta. Por ello, ha precisado la necesidad de  propuestas más sencillas, no tan sofisticadas, que contribuyan a la humanización de la Medicina.

“Lo que es importante es que la Administración y las asociaciones nos concienciemos en cómo podemos humanizar la atención sanitaria”, ha declarado Andoni Lorenzo. Ha explicado que desde el FEP están apostando por el trabajo que está llevando a cabo la Comunidad de Madrid sobre este tema. “Para nosotros esto es lo más importante y hay que trasladar esta iniciativa a las Consejerías y a todas las CCAA”, ha aclarado.

Sobre la medida del acompañamiento en el quirófano, Andoni Lorenzo ha matizado que no debería darse solo con los niños. El objetivo es intentar mejorar la atención con gestos como que los médicos miren más a los ojos a los pacientes, habitaciones adecuadas o mejorar la comunicación. En definitiva, "buscar elementos que hagan que el enfermo se encuentre mejor, ya que facilitará su recuperación”, ha concluido.  


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