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Llama a urgencias, se ríen de ella y muere: Francia abre una investigación

La mujer llamó alegando dolor y que se iba a morir y las teleoperadoras no la creyeron

Una ambulancia del SAMU de emergencias francés.

09 may 2018. 19.00H
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POR REDACCIÓN
La llamada Orden de Médicos franceses ha salido al paso de la trágica noticia de la muerte de una joven de 22 años que llamó a urgencias diciendo que se iba a morir y fue ignorada por las teleoperadoras que no creyeron sus quejas. Los sanitarios explican en un comunicado que comparten la conmoción tras el trágico suceso y ofrecen todo su consuelo a la familia de Naomi Musenga. 

Además, anuncian que se reunirán el próximo 15 de mayo con el SAMU y la Asociación de médicos urgentistas de Francia para abordar este asunto y hacen un llamamiento para que se arroje toda la luz posible sobre las irregularidades que se produjeron en el hecho, ya que todo parece indicar que la joven "en ningún momento fue puesta en contacto con un médico". Por eso solicitan un análisis preciso de por qué no se respetaron los procesos decisivos y quieren que se haga público, "lo que contribuirá a evitar que estos hechos aislados y sus dramáticas consecuencias se produzcan de nuevo". 

La Orden francesa representa a todos los médicos independientemente de su estado o su especialidad, asegura que conoce las difíciles condiciones del ejercicio de la Medicina de Urgencias, y acompañará a los urgentistas en la revisión de los protocolos para que se apliquen en todas las circunstancias "dentro de la deontología médica". 

La manifestación de los médicos galos está motivada por la consternación que sacude Francia después de que se conociera que el pasado 27 de abril la página web de información local de Estrasburgo "Heb'di", publicó la grabación telefónica de la joven de 22 años y de dos operadoras de los servicios médicos de emergencia, que se negaron a creer que fuera a "morirse".

"Algún día se morirá, eso está claro"

"Ayúdeme señora, por favor, ayúdeme, me duele mucho. Me voy a morir", fueron algunos de los gritos de socorro lanzados por la joven, madre de una hija de un año, por teléfono, el pasado 29 de diciembre, y que no fueron tomados con seriedad por las operadoras de urgencias. Una de ellas, en tono jocoso, aseguró: "algún día se morirá, eso está claro".

"Ayúdeme señora, por favor, ayúdeme, me duele mucho. Me voy a morir", dijo la joven en su llamada telefónica


Durante poco más de 2 minutos, Musenga trató de explicar su estado de salud con dificultad, quejándose de unos fuertes dolores abdominales, pero las operadoras juzgaron que no se trataba de un caso urgente y le pidieron que llamara a un médico. Ante el estado crítico de la joven, el facultativo que acudió a su domicilio solicitó la intervención del Samu de Estrasburgo, pero la gravedad de su estado de salud empeoró durante su traslado al hospital.

La autopsia de Musenga, quien falleció seis horas después de su llamada tras haber sufrido dos paradas cardíacas y un infarto, reveló que murió a consecuencia de un "desfallecimiento multivisceral", lo que supone un fallo de varios órganos.

Fue tanta la conmoción y la indignación que causó la publicación del audio, que la actitud de las dos operadoras del Samu, que no supieron atender un caso de semejante urgencia, empieza a ser cuestionada en las redes sociales y por varios médicos del país.

Investigación y comentarios "intolerables"

El pasado 3 de mayo, los Hospitales Universitarios de Estrasburgo (HUS), que albergan los servicios del Samu, anunciaron en un comunicado que habían decidido abrir una investigación administrativa para "aclarar los hechos".

Según el presidente de "Samu Urgences France", François Braun, los comentarios de la operadora que bromeó sobre el asunto son "intolerables", y opinó en la radio "Franceinfo" no le correspondía a ella recomendarle llamar a un médico.

Por su parte, la ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, afirmó en su cuenta de la red social Twitter sentirse "profundamente indignada por las circunstancias del fallecimiento de Naomi Musenga en diciembre", y pidió a la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) que abra una investigación sobre estos "fallos muy graves".

"Es evidente que hubo un error humano. De momento, se puede decir que una persona, la operadora, incumplió un procedimiento ya que no transfirió la llamada a un médico. Ahora bien, la investigación nos lo confirmará", declaró hoy en una entrevista a "Franceinfo". 



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