La
eutanasia se ha convertido en un tema de profunda controversia en la sociedad
contemporánea. Uno de los dilemas actuales es el
conflicto entre la voluntad de un paciente que busca la eutanasia
frente a la oposición de su familia. En estos casos, tal y como ha explicado
Marta Pisano, secretaria de la Comisión de Garantía y Evaluación del Principado de Asturias a
Redacción Médica, se debe tener en cuenta que
la voluntad de un paciente en plenas facultades es un principio fundamental en la legislación vigente. Además, los profesionales de la medicina y la enfermería que participan en estos procesos ya cuentan con
seguridad jurídica.
Este debate se ha vuelto especialmente relevante en medio de casos como el ocurrido recientemente en Galicia, donde
una madre impidió el acceso del personal sanitario a la casa donde convivía con
su hija, quien había solicitado la eutanasia. Acorde con la explicación de Pisano, en el caso de conflictos entre la voluntad del paciente y la opinión de la familia, se han establecido
procedimientos de mediación y recursos legales para la eutanasia.
En Asturias, el proceso recae en un
equipo sanitario de atención primaria que conoce y valora el contexto de vida y la cultura de la persona y su familia que solicita la ayuda a morir dignamente. Esto asegura una atención longitudinal y personalizada.
Además, el
equipo asistencial multidisciplinario trabaja para
acompañar a las familias en procesos de pérdidas y duelos, colaborando con profesionales de salud mental cuando sea necesario.
Por otra parte, los profesionales de la medicina y la enfermería que participan en los procesos y prestaciones de ayuda a morir ya
cuentan con seguridad jurídica. En estos casos, la ley proporciona un marco legal claro, respaldado por una Subcomisión verificadora de la Comisión de Garantía y Evaluación que revisa exhaustivamente cada caso de prestación. Esto
protege legalmente al equipo sanitario encargado de la prestación.
Proteger la voluntad del paciente de eutanasia
Tal y como detalla Pisano, en comunidades como Asturias se prioriza la aplicación de la ley Orgánica 3/2021 de regulación de la eutanasia, que define este proceso como "el acto deliberado de dar fin a la vida de una persona, producido por
voluntad expresa de la propia persona y con el objeto de evitar un sufrimiento". La ley establece que cualquier persona mayor de edad y en plena capacidad de obrar y decidir puede solicitar esta prestación, siempre que lo haga “de forma autónoma, consciente e informada” y se encuentre en condiciones de sufrimiento físico o psíquico intolerable debido a una enfermedad grave e incurable.
Según Pisano, siempre que se cumplan estas condiciones, se debe velar por la
correcta aplicación de la ley de eutanasia, tal y como se hace en su comunidad. El abordaje de esta situación por parte de la
política sanitaria actual se debe basar en “asegurar una
máxima calidad en los servicios y la coordinación necesaria para el desarrollo de la prestación”.
Medidas para procedimientos de eutanasia
En este sentido, en Asturias, se han implementado varias
medidas organizativas, como un
Grupo Autonómico de LORE (Ley de Regulación de la Eutanasia) que desarrolla medidas, protocolos, procedimientos y guías. Se trata de un grupo integrado por un equipo multidisciplinar, “así como referentes en la Consejería de Salud y Servicios Centrales del SESPA”, indica la secretaria.
Además, también cuentan con “
un grupo técnico de coordinación, apoyo, asesoramiento y trazabilidad de los casos de prestación de ayuda a morir en la dirección general de Cuidados y Coordinación Sociosanitaria de la Consejería de Salud”, acorde con las palabras de Pisano.
Junto a estas medidas, destaca también la existencia de un grupo autonómico de
apoyo a los profesionales sanitarios que estén implicados en los casos de prestación. Además, aclara que “el articulado de la LORE debe tener en cuenta el resto de estrategias de final de vida existentes en cada comunidad autónoma”. En Asturias, esta cuestión está centralizada en la misma dirección general, “lo que aporta continuidad y coordinación, mejorando los procesos de final de vida de la ciudadanía”, añade.
Ética médica en la toma de decisiones
No cabe duda de que
la ética médica desempeña un papel central en la toma de decisiones en situaciones de conflicto entre la voluntad del paciente y la opinión de la familia en el contexto de la eutanasia.
En situaciones de este tipo, además, “
fortalece la relación entre el paciente y el profesional de la salud y salvaguarda los derechos de la persona a través del respeto de los principios bioéticos en la práctica clínica”, detalla Pisano.
Por este motivo, cuando haya un conflicto, Pisano considera que
el profesional de la salud debe proteger el deseo legítimo del paciente, respetando el principio de autonomía de la persona.
“La prestación de ayuda a morir representa el
máximo exponente del principio bioético de autonomía de la persona. Y es el profesional el que debe garantizar que se respete la voluntad del paciente que, conscientemente y sin presiones externas, demanda la realización de dicha prestación”, concluye.
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