La
primera mesa redonda del XXX Congreso Nacional de Derecho Sanitario,
‘Tráfico de Órganos, una realidad del siglo XXI’, ha puesto el foco en un tema que, en palabras de
Tomás Cobo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y de la Organización Médica Colegial de España, “sigue siendo una problemática global que requiere una
respuesta integral, desde la mejora de la donación voluntaria y la sensibilización social, hasta la
persecución efectiva de redes criminales y el desarrollo de alternativas médicas”.
Problemas como el
desequilibrio entre la oferta disponible y una demanda creciente, lo que favorece la continuidad del mercado negro en el sector; la explotación de poblaciones vulnerables para la venta,
sobre todo en las comunidades empobrecidas y migrantes; la perpetuación de redes criminales internacionales dedicadas al traslado y a la falsificación de documentos; las posibles infecciones y complicaciones que pueden derivarse de esta comercialización ilegal, donde no se ofrecen condiciones médicas seguras; así como la difícil gestión de los principios de autonomía y dignidad humana, son algunos de los puntos tratados en esta mesa de trabajo.
¿Puede ser la tecnología parte de la solución?
Aunque en la actualidad existen diferentes avances en materia de regulación y cooperación internacional y a nivel tecnológico (como
la ingeniería de tejidos y la impresión de órganos en 3D), “todavía falta mucho camino por recorrer”, ha señalado Cobo.
El objetivo del Congreso, en palabras de Ofelia De Lorenzo, presidenta de la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS), es
“abordar cuestiones tanto clásicas como emergentes en derecho sanitario, buscando ofrecer respuestas jurídicas efectivas a los desafíos actuales y futuros del sector”, entre los que se encuentra la salud mental y la digitalización del sistema sanitario.
¿Podemos digitalizar sin deshumanizar, sin hacer daño?’
Otro de los temas tratados en el
XXX Congreso Nacional de Derecho Sanitario ha girado en torno al análisis de la relación médico-paciente en un momento de grandes avances tecnológicos.
Federico de Montalvo, dentro de la mesa ‘Riesgos y límites legales de la digitalización de la asistencia sanitaria, ¿podemos digitalizar sin deshumanizar, sin hacer daño?’, ha destacado que
“la IA debe ser un amigo del médico, pero no un enemigo del paciente”. Aunque considera la introducción de la Inteligencia Artificial (IA) un elemento positivo que amplifica la adherencia al tratamiento (sobre todo en relación a la prevención de enfermedades) ha afirmado que
“debe ayudar, pero no sustituir al médico”.
Según Montalvo, vicepresidente 2º de la AEDS, vicerrector de Relaciones Institucionales y secretario general de la Universidad Pontificia Comillas,
los diagnósticos tienen una repercusión moral y emocional en los pacientes, por lo que la confianza y el sentimiento de apoyo son elementos esenciales de alto impacto que, según se ha comprobado, tienen una repercusión en la curación de un paciente.
“La tecnología nunca podrá sustituir el contacto humano”, ha expresado, ya que esta relación médico-paciente no puede compararse con otro tipo de relaciones de servicio-consumo que surgen en otras áreas donde se está introduciendo la IA. Asimismo, aunque se está avanzando mucho en materia de digitalización a nivel global, Montalvo ha puntualizado que hay que tener en cuenta el riesgo de la privacidad de los datos, ya que
“cuanto más acceso a los datos se dé, el riesgo será mayor”.
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