Ricardo Martínez Platel. Madrid
Desde que Jesús Sánchez Martos se ha hecho cargo de la Sanidad de la Comunidad de Madrid mucho se ha hablado de humanizar la asistencia sanitaria. Se trata, entre otras cosas, de que la comunicación entre el médico y el paciente sea más cercana y fluida.
En la actualidad, siete de cada diez reclamaciones por daños sanitarios son por vicios en el consentimiento informado, falta de información o defectos en este documento. El consentimiento informado, que es un derecho del paciente, una obligación del médico y una responsabilidad garantizada por la Administración sanitaria, no sólo ha modificado el modelo de relación entre médico y paciente, sino que también ha supuesto un cambio en la forma de abordar las reclamaciones por negligencia ante los tribunales.
Domingo Bello Janeiro, catedrático de Derecho Civil de la Universidad de A Coruña, apuesta por abrir paso al 'consentimiento informado humanizado', esto es, a que el médico recabe la conformidad del paciente y le explique los riesgos o el impreso a firmar con empatía y calidez.
Bello reconoce a Redacción Médica que "es difícil exigírselo a un médico presionado por una carga laboral excesiva con decisiones no siempre unívocas, pero el esfuerzo debe hacerse como prolongación del juramento hipocrático o como deber moral". El jurista explica que "al fin y al cabo, lo único que debe pedirse a un profesional es que informe al paciente como le gustaría que se lo dijesen a él si fuere el enfermo: con delicadeza, claridad y seriedad, al margen de estadísticas o probabilidades y considerando el nivel de aprensión o encaje de sus afirmaciones según la edad, fortaleza y estado emocional del paciente, siempre angustiado para curarse".
Así, la obligación de informar al paciente ha supuesto una redistribución de los riesgos, que ahora son asumidos también por el profesional médico, lo que ha derivado en una mayor protocolización de la medicina, que ha provocado a su vez un aumento de la desconfianza entre profesionales y enfermos y una medicina defensiva. Efectivamente, en este sentido, la aprobación del paciente sólo es válida cuando éste recibe una información completa por parte de su médico, por lo que muchos de los formularios genéricos que firman los pacientes en el momento de la entrada en el hospital no sustituyen al consentimiento y no tienen la misma validez legal.