Eduardo Ortega Socorro. Madrid
A pesar de su evidente éxito en prevención y en salud pública, las vacunas siguen generando recelos en las sociedades más avanzadas que impiden su correcta difusión. Por eso, en un informe, el Comité de Bioética de España propone que se tomen medidas para reforzar las campañas de vacunación y salvaguardar la protección generada por los antígenos.
María Teresa López, presidenta del Comité de Bioética de España.
|
Entre las propuestas, destacan algunas como la vacunación obligatoria. “La ausencia de una norma que permita promover una medida pública de vacunación obligatoria fuera del supuesto concreto de epidemia, se muestra, prima facie, como un déficit de nuestro sistema jurídico, sobre todo, atendida las recientes experiencias de los países de nuestro entorno y algunos casos acaecidos recientemente en nuestro propio país”.
Por lo tanto, “parece adecuado que junto al impulso de medidas de educación, información y promoción de conductas favorables por parte de la población a la vacunación como política principal de salud pública, puedan imponerse, en supuestos concretos, la vacunación obligatoria, por ejemplo, cuando las tasas de vacunación se aprecie que se ven reducidas de manera que se pierda el efecto rebaño, sin necesidad de esperar a que aparezca una epidemia”.
Por otro lado, el Comité de Bioética también propone incentivos económicos o similares (denominados en el mundo anglosajón ‘nudges’ y que están cobrando gran relevancia en las nuevas políticas de salud pública), que pueden ser directos o indirectos, mediante la reducción de la carga fiscal.
El texto reitera en la necesidad de campañas de comunicación y formación del ciudadno, pero no se olvida de los profesionales sanitaria, y la baja tasa de vacunación en este colectivo (del 30 por ciento). “El principio
primun non nocere o de no maleficencia que preside la relación profesional sanitario-paciente, permite afirmar que la negativa de dichos profesionales no parece aceptable desde una perspectiva ética y deontológica”.
Por tanto. “la promoción de la vacunación de dichos profesionales no debe ir sustentada en criterios meramente organizativos o de rendimiento profesional”, sino en que los profesionales “no pueden dañar al paciente y, negándose a vacunarse, se puede afirmar que lo están haciendo ya que no adoptan unas sencillas medidas para evitarlo”.
Coordinación de los calendarios vacunales
Por otro lado, el Comité de Bioética reclama una mayor coordinación de los calendarios vacunales de las comunidades autónomas, evitándose alteraciones o divergencias entre los mismos, la adopción de mecanismos de información que eviten las alertas sanitarias científicamente sin fundamento en relación con las vacunas, que acaban generando una alarma social que únicamente trae como consecuencia la perdida de la confianza en las instituciones responsables de velar por la salud pública.
ENLACES RELACIONADOS
Acceda al informe del Comité de Bioética de España
Los pediatras exigen que se marque a los padres antivacunas en la historia clínica de sus hijos (25/01/16)