El
estrés y la ansiedad ligados al entorno laboral repercuten significativamente en la
salud mental de millones de trabajadores. Entre ellos, los profesionales del
Sistema Nacional de Salud (SNS) se ven afectados de manera muy notable por cuestiones como el
burnout, también conocido como
síndrome del desgaste profesional.
En los casos más dramáticos, esta situación desemboca en el
suicidio del personal sanitario por motivos intrínsecamente provenientes del trabajo, especialmente en ramas médicas concretas como la
Anestesiología o la
Psiquiatría, en las que la carga mental ligada a los pacientes es mayor que en otras. Además, esta tendencia se ha incrementado considerablemente a lo largo de los últimos años, dado el
deterioro de la salud mental de los profesionales del SNS a causa de la pandemia.
Según ha concluido el
Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), la justicia podría clasificar a partir de ahora las muertes autolíticas por estrés laboral como '
accidentes de trabajo' dado que los altos niveles de estrés resultantes de la actividad son la principal causa del fallecimiento de estos profesionales.
Suicidio de un trabajador por burnout
La sentencia que ha permitido este cambio nace de la muerte de un empleado de la empresa
Mercados Centrales de Abastecimiento de Madrid (Mercasa), quien tras vivir conflictos laborales ligados a unas malas condiciones de trabajo así como a la carga psicológica derivada de las mismas, decidió finalmente quitarse la vida.
El fallo del Tribunal recoge que, dadas las pruebas aportadas, "el origen de la
situación psíquica del fallecido está relacionada de manera indudable
con su trabajo", y que por tanto, quedaba acreditada "la existencia de un nexo causal entre el acto del suicidio y la
situación clínica de ansiedad o
estrés laboral que padecía", en palabras de los magistrados encargados del caso.
Este entramado judicial se remonta a noviembre de 2022, momento en el que el Juzgado de lo Social número 43 de Madrid reconoció el
suicidio como accidente laboral, y por ello obligó a la empresa a retriubuir al hijo del fallecido con una
pensión de orfandad. No obstante, la corporación decidió recurrir este veredicto, y el caso pasó al tribunal madrileño.
Sin embargo, la prueba definitiva que determinó el veredicto final de este caso así como la tipificación de otros sucesos similares, fueron unas cartas y correos electrónicos que el propio empleado envió a su pareja antes de morir, en las que le explicaba la
situación profesional que vivió y cómo ésta le afectaba en el
plano personal y psicológico.
Cuadro psicológico de un intento de suicidio
Finalmente y tras dos procesos legales, justicia ha concluido que el fallecido carecía de antecedentes psiquiátricos que condicionaran su decisión, así como de otros móviles o causas personales que le llevaran a quitarse la vida.
No obstante, el propio texto recoge que
el suicidio tiene naturaleza multicausal y que
no existe un único motivo que lo propicie, pero al mismo tiempo aclara que todas las pruebas obtenidas durante la investigación lo unen estrechamente con "la situación de estrés laboral" que expresaba el propio empleado.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.