Eduardo Vela, primer acusado por participar en el caso de bebé robado, ha negado ante la Audiencia Provincial de Madrid haber entregado a una ninguna familia la recién nacida, Inés Madrigal, que fue robada de los brazos de su madre en 1969, minutos después de nacer.
Vela ha intentado por todos los medios posponer la cita con la justicia, pero no ha sido así y ha tenido que declarar ante las preguntas de los magistrados. Para intentar evadir el juicio, los abogados del médico han declarado que el facultativo, que practicó su profesión en la Clínica San Ramón de Madrid, tiene una enfermedad degenerativa.
El acusado, que ha llegado a los juzgados en silla de ruedas, ha respondido a buena parte de las preguntas con un "no me acuerdo". Sin embargo, sí que ha sido tajante en cuanto se le ha presentado un documento que presuntamente había sido firmado por él. En ese momento, el médico ha asegurado que "esa no es mi firma".
El ginecólogo se enfrenta a una petición de cárcel de 11 años por parte de la Fiscalía por un delito de sustracción de menores, suposición del parto, falsedad documental y detención ilegal. Además, también deberá responde a una indemnización de 350.000 euros, que ha sido solicitada por el Ministerio Fiscal en concepto de daños morales para la demandante.
Un regalo para unos amigos
Según la Fiscalía, el médico entregó la niña a un matrimonio amigo, ya fallecido, nada más nacer, en 1969. En ese momento ejercía como ginecólogo en la Clínica San Román de Madrid. Poco después se produjo la inscripción en el Registro Civil, en el que se hijo constar que Inés Madrigal era hija biológica de sus padres adoptivos, impidiendo así que Madrigal pudiese conocer a sus progenitores.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.