Los
profesionales sanitarios han trabajado a destajo los últimos meses para atender a los pacientes contagiados de
Covid-19. Sin embargo, al comienzo de la
crisis sanitaria muchos lamentaron la
escasez de Equipos de Protección Individual (EPI) con los que protegerse contra el virus. Tampoco se disponía de los
equipos de ventilación mecánica invasiva suficientes para la alta demanda, por lo que se vieron obligados a
cribar a los pacientes. Ahora que los países se afanan en encontrar una
vacuna contra el nuevo coronavirus, los expertos demandan un
marco jurídico para priozar su suministro.
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"En este proceso se tendrá que tener como principal objetivo
asegurar el acceso universal a la vacuna con criterios de equidad, ya que ningún país y
ninguna persona debiera estar bajo ninguna discriminación en el acceso a la prevención de la Covid-19, si finalmente disponemos de vacuna, pero no podemos depender solo de la buena voluntad", argumenta
Ricardo De Lorenzo, doctor en Derecho y Presidente en De Lorenzo Abogados.
No existiendo un marco legal para ese acceso equitativo, señala el experto, "el principal desafío será establecer unas pautas morales y éticas asegurando los
criterios técnicos que permitan priorizar la aplicación de la vacuna a los grupos más vulnerables dado que la
producción será paulatina, por muy masiva que sea".
En su opinión, la máxima prioridad debe estar en el colectivo sanitario ya que "no pueden quedar desprotegidos ni repetirse lo sucedido con ellos durante el estado de alarma". "Los trabajadores sanitarios deberán encabezar la lista de personas que deben ser inmunizadas, son los que más riesgo tienen de enfermar, pero también los que más pueden transmitir la enfermedad, algo que fomenta que los brotes puedan quedar fuera de control, y no solo por razones éticas sino también pragmáticas", argumenta De Lorenzo.
En segundo lugar, señala, "estaría el resto de grupos de riesgo y los menores de 18 años". Por último, la población en general, "garantizándose un trato igualitario a las personas con alguna discapacidad". Sin embargo, remarca el experto," es necesario que todo esto esté planificado antes de que tengamos la vacuna".
Planificación necesaria
"El triaje de pacientes siempre se ha hecho. Hay que priorizar, como siempre, pero también como nunca antes se había necesitado", insiste De Lorenzo, convencido de la importancia de regular cómo se suministrará la vacuna si no hay dosis para toda la sociedad.
"Si todos estamos convencidos de un futuro nuevo rebrote, no habrá excusa para, como sociedad, no contar con un marco ético-jurídico que dé una respuesta global a todas estas crisis sanitarias que puedan repetirse o presentarse en el futuro, cambiando las actuales incertidumbres por mínimas certezas, aun siendo plenamente conscientes de que, pese a ello, siempre surgirán situaciones imprevistas", considera.
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