El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena a un año y medio de cárcel por un delito de deslealtad contra un subteniente que
usó una "receta manipulada" para llevarse de la farmacia militar un medicamento para la disfunción eréctil.
En una sentencia recogida por
Europa Press, la Sala de lo Militar del TS desestima el recurso de casación presentado por un subteniente del Ejército de Tierra contra la sentencia que el pasado 16 de marzo le condenó por "deslealtad"
a un año y seis meses de cárcel, con la pena accesoria de suspensión militar de empleo e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho al sufragio pasivo.
Los hechos se remontan a las 10:00 del 18 de octubre de 2019, cuando el subteniente
retiró "personalmente" tres envases de fármaco Sildenafilo Actavis, un medicamento genérico de la Viagra, en su presentación de 8 comprimidos de 100 miligramos, "sin estar autorizado para ello" por la capitán que dirigía la farmacia militar del complejo El Empecinado, en la provincia de Valladolid.
Al ser una
sustancia sujeta a prescripción médica, la capitán le pidió que aportara una receta y pagara los medicamentos. El subteniente, abonó el precio y presentó una receta de fecha 20 de septiembre de 2019 firmada por un médico militar y con membrete del Servicio de Sanidad de la Academia de Artillería donde constaban esa sustancia, aunque en una dosis menor (50 miligramos), y otras dos distintas.
Modificó una receta de un médico militar al que habían cambiado de destino
Días después, el 21 de octubre, la capitán
revisó las prescripciones médicas archivadas en la farmacia y se dio cuenta de que la que había entregado el subteniente era "sustancialmente idéntica" a otra que había presentado el 24 de septiembre pero donde solo figuraban los otros dos medicamentos.
Además, advirtió que
el médico que las firmaba hacía tiempo que ya no estaba destinado en la Academia de Artillería. Por eso, se puso en contacto con el facultativo, quien le informó en una conversación telefónica de que no recordaba haber prescrito uno de los medicamentos recientemente, por lo que apuntó a la posibilidad de que "alguien hubiese modificado la fecha" de las recetas.
La capitán
instó entonces al subteniente a que le presentara la receta correcta, pero éste no le entregó ningún documento, por lo que ella elevó un parte disciplinario que desembocó en la mencionada condena.
Durante el proceso judicial, las dos recetas aportadas por el subteniente
fueron sometidas a un examen de grafística comparándolas con una que sí había redactado por completo el médico militar en cuestión. Los peritos concluyeron que la receta del 18 de octubre tenía "alteraciones" respecto a la del 24 de septiembre, unos "añadidos" que no eran obra del galeno y que se correspondían al medicamento para la disfunción erectil, una anotación manuscrita y el membrete.
El Supremo confirma el fallo por cuanto
coincide con el tribunal sentenciador en que el subteniente "presentó la receta manipulada". "Él sabía que el médico no se lo había recetado", por lo que "no hay duda alguna sobre la existencia de dolo en la conducta del recurrente", zanja.
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