Redacción. Málaga
El Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga ha condenado a dos años y medio de prisión a un cirujano plástico por la muerte de una mujer a la que practicó una liposucción. Así, se le condena por un delito de homicidio por imprudencia y se le impone, además de la pena de cárcel, inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión durante cuatro años y el pago de 300.000 euros de indemnización a los familiares de la víctima.
Los hechos sucedieron en noviembre de 2007 en una clínica de gestión privada de la capital. La jueza considera probado en su sentencia que el médico hizo un preoperatorio a la mujer, de 44 años, "sin la realización previa de una ecografía abdominal" que pudiera concretar el grosor de la pared abdominal. Además, se indica que no se le informó "ni siquiera verbalmente" del riesgo de perforación intestinal.
Así, durante la operación, el acusado, "aplicando una técnica incorrecta", no manipuló bien las cánulas de aspiración "hasta el punto de que penetró en la cavidad abdominal de la paciente", provocándole tres perforaciones. Esto le ocasionó una peritonitis difusa generalizada, que "a resultas de un seguimiento incorrecto postoperatorio" por parte del mismo médico "no le fue diagnosticado hasta el sexto día".
Durante los días posteriores a la operación, y a pesar de los fuertes dolores que tenía la mujer, dice la resolución, "el acusado no advirtió ni sospechó nada anormal de su paciente" hasta el sexto día después de otra intervención, en la que se le diagnosticaron las perforaciones. Tras esto, tuvo que ser operada siete veces más, falleciendo en abril de 2008 por un fallo multiorgánico.
La jueza señala que, tras analizar los informes y pruebas forenses, se puede concluir que el fallecimiento de la mujer "tuvo lugar por la técnica incorrecta quirúrgica llevada a cabo" por el acusado, "quien eludió en el preoperatorio la realización de una ecografía abdominal a fin de haber minimizado el riesgo evidente que presentaba la paciente"; y también por la manipulación "incorrecta" de la cánula.
Asimismo, se incide en que el "retraso en el diagnóstico" de la peritonitis provocada por dichas perforaciones "agravó y desencadenó factores o complicaciones posteriores". Además, en la resolución, que se puede recurrir, se califica el comportamiento del procesado de "descuidado y de abandono y de omisión de los cuidados y atención más elementales, todo lo cual condujo al fatal resultado lesivo para su paciente".