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A juicio la médica que autorizó transfusiones a un testigo de Jehová

El denunciante pide 15 meses de prisión por los delitos de coacciones, lesiones y contra la integridad moral

Hospital Arnau de Vilanova.

30 ene 2024. 18.25H
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Da inicio el juicio contra la exjefa de Urgencias del Hospital Arnau de Vilanova por haber hecho unas transfusiones de sangre a un testigo de Jehová contra su voluntad, según afirma el denunciante. El paciente ha declarado que los profesionales sanitarios le habrían obligado a someterse al tratamiento y no le habrían ofrecido ninguna alternativa. No obstante, ha reconocido que no firmó el documento de rechazo a las transfusiones.

El juicio continuará este miércoles con la declaración de la médica. La acusación particular pide quine meses de prisión y dos años de inhabilitación por delitos de coacciones, lesiones y contra la integridad moral. La defensa y la Fiscalía piden la absolución.

Los hechos sucedieron l 21 de julio de 2016, cuando el hombre llegó a Urgencias semiinconsciente, con una anemia aguda y un shock hipovolémico, según el escrito del Ministerio Público. En comprobar que se trataba de una hemorragia digestiva, los médicos le explicaron que necesitaba una transfusión de sangre, pero el hombre se negó verbalmente, por sus creencias religiosas.

Horas más tarde le hicieron cuatro transfusiones de sangre. Según la Fiscalía, el paciente no firmó ningún papel de no aceptación del tratamiento y le dijo a la doctora que hiciera lo que le dijese un familiar que se encontraba con él.

Defensa de la médica


La Fiscalía sostiene que "su familiar más próximo manifestó a la doctora que hiciera lo necesario para salvarle la vida. Por otra parte, el paciente no quiso firmar para aceptar pero tampoco para rechazar el tratamiento, remitiendo a la doctora a su familiar más próximo en aquel momento". La defensa de la doctora alega que "pese al rechazo verbalmente expresado, el paciente se negó en todo momento a firmar la no aceptación del tratamiento".

La médica se puso en contacto con el juzgado de guardia que, por dos veces, afirmó que si el paciente no era menor de edad, incapaz o se encontraba inconsciente, la transfusión no se podía acordar judicialmente. "El familiar dijo que asumiría las consecuencias de la transfusión", según mantiene la defensa, que añade que la actuación de la doctora "se ciñó a los protocolos clínicos, la regulación de la autonomía del paciente y del consentimiento informado y de la deontología médica".

La acusación considera que el hombre mostró su documento de voluntades anticipadas y que rechazó las transfusiones en todo momento.

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