Una duda recurrente entre los farmacéuticos es si en España la ley permite que hagan publicidad de sus establecimientos. No es de extrañar ya que el mapa español es un auténtico galimatías donde el derecho a hacer publicidad de las farmacias varía enormemente según cada comunidad autónoma. De hecho, dentro de las propias comunidades autónomas hay provincias que hacen un control más laxo del tema que otras.
En primera instancia, no hay normativa nacional que prohíba de forma expresa la promoción de una farmacia en particular. De hecho, la Ley General de Sanidad y la Ley de Profesiones Sanitarias permiten la publicidad de estos establecimientos siempre y cuando se respete la base científica, sea objetiva, veraz, prudente y comprensible.
Ahora bien, hay comunidades autónomas que han legislado al respecto para controlar este ámbito. Es el caso de Navarra, Madrid, Extremadura, Canarias, Asturias, Aragón, Cantabria, Murcia y Galicia.
El galimatías de la publicidad farmacéutica
“En el caso de Galicia se puede hacer publicidad de la farmacia aunque bajo ciertas condiciones. Sólo está permitido hacerla en las bolsas del establecimiento que se entregan con la compra y sólo puede ponerse el nombre del local junto al de un consejo farmacéutico”, explica a Redacción Medica Isabel Marín, abogada experta en Derecho Farmacéutico.
Por otro lado, Comunidad Valenciana, País Vasco, La Rioja, Castilla La Mancha, Cataluña, Baleares y Castilla y León carecen de normativa concreta al respecto. Marín matiza que este vacío legal tampoco otorga derecho a las farmacias a hacer cualquier tipo de publicidad: “En Castilla y León, por ejemplo, aunque no hay un decreto regional al respecto, se debe respetar la normativa general sanitaria y de publicidad así como el código deontológico”.
La capilaridad, causa de las restricciones
En definitiva, lo más recomendable para el farmacéutico que quiera hacer publicidad es ponerse en contacto con abogados que puedan asesorarle sobre la normativa concreta de la provincia y la comunidad autónoma. “Lanzarse a hacer publicidad sin conocimiento de las implicaciones legales puede suponer sanciones que sólo podrán ser discutidas en vía judicial, ya que cuando la administración sanciona es porque tiene conocimiento y pruebas de la publicidad realizada”, advierte Marín.
La abogada explica que el hecho de que haya tanto control público de este negocio se debe a que la farmacia en España “está sostenida sobre un sistema de alta capilaridad, donde todos los ciudadanos tienen cerca una o más farmacias, de forma que la atención farmacéutica queda totalmente garantizada”. Esa realidad “contrasta con lo que sucede en otros países como por ejemplo Estados Unidos o Inglaterra, donde las farmacias pueden hacer publicidad (Ejemplo: Boots), pero donde también el modelo farmacéutico es totalmente diferente”.
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