El trabajo que ha realizado Irene García, cardióloga del Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena (Murcia), para elaborar su tesis doctoral permite dotar a los médicos de nuevas herramientas con las que optimizar el tratamiento de los pacientes afectados por una obstrucción de la válvula aórtica.
La estenosis valvular aórtica es la más frecuente de las enfermedades de las válvulas cardiacas y, aunque en algunos casos es congénita debido a una malformación presente desde el nacimiento, en la mayoría de los casos se adquiere durante la vida adulta y se manifiesta en las personas ancianas.
Para esta investigación, que ha sido publicada en The American Journal of Cardiology, se reclutaron durante dos años a casi 200 pacientes adultos con estenosis aórtica grave atendidos en el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Santa Lucía, y a los que se ha realizado un seguimiento durante, al menos, dos años. De ellos, casi el 50 por ciento tenía 80 o más años.
Una de las conclusiones principales es que una sencilla prueba para medir la capacidad de ejercicio y la determinación en sangre de una sustancia que aumenta cuando se comienza a deteriorar la función del corazón es muy útil para identificar a los pacientes que evolucionan peor.
La mortalidad global al final del seguimiento fue del 31 por ciento, oscilando entre el 10,6 por ciento en lo pacientes intervenidos y el 43,1 por ciento en los no intervenidos. La intervención sobre la válvula se realizó en 66 casos. Otro 24 por ciento de los pacientes tuvo alguna complicación grave de la enfermedad, como la necesidad de ingreso en el hospital por insuficiencia cardiaca.
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