El
Hospital Universitario de Bellvitge ha liderado un estudio multicéntrico junto con otros hospitales catalanes, demostrando que el uso de una
nueva membrana de purificación sanguínea extracorpórea logra reducir de forma notable la
insuficiencia renal aguda tras una cirugía cardíaca de alta complejidad.
La investigación ha contado con la colaboración del
Hospital Universitario Germans Trias i Pujol y el
Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Los resultados se presentaron en ponencia a finales de marzo, concretamente en el simposio más prestigioso en medicina preventiva, el 42nd International Symposium on Intensive Care & Emergency Medicine (
Isicem, por sus siglas en inglés).
Los investigadores han querido analizar si estos
casos de insuficiencia renal tras una operación cardíaca compleja reducen en caso de que, durante la cirugía, se conecte a
la circulación extracorpórea una membrana de adsorción aumentada. Este tipo de membrana de última generación se empezó a usar para las terapias de sustitución renal continua en las UCI y para el manejo de la sepsis, pero ésta ha sido la primera vez, después de diferentes estudios, en los que su uso se ha logrado asociar a beneficios clínicos.
Previamente, los investigadores realizaron
una prueba piloto con veinte pacientes que confirmó la seguridad de la nueva técnica. A continuación, entre 2016 y 2022, incluyeron en el ensayo hasta
343 pacientes de los hospitales de Bellvitge y Germans Trias i Pujol sometidos a cirugías que requerían circulación extracorpórea durante más de 90 minutos. Desde el Laboratorio de Bioquímica del Hospital de Sant Pau, se analizó la respuesta inflamatoria de los pacientes cuantificando los medidores inflamatorios obtenidos durante y después de la cirugía.
La nueva membrana no genera problemas añadidos
En los pacientes del grupo de control (un total de 169 personas) hubo un
40 por ciento de casos de
insuficiencia renal aguda durante la semana posterior a la intervención. Por otra parte, en los pacientes en que se usó la
nueva membrana (174 personas), la proporción se redujo hasta el 28 por ciento. Por otra parte, se comprobó que el dispositivo
no provoca problemas añadidos a los pacientes y que los enfermeros perfusionistas pudieron hacerlo funcionar de forma sencilla.
Xosé Luis Pérez Fernández, facultativo especialista del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Bellvitge y autor principal del estudio, destaca que “si se confirman estos resultados, se podría establecer el
uso rutinario de estos dispositivos en los pacientes de riesgo que se sometan a cirugía cardíaca con circulación extracorpórea”. Pérez cree también probable que este dispositivo “tenga igualmente
otros beneficios clínicos para el paciente y acorte su estancia en la UCI”, si bien sería de vital importancia un estudio con mayor número de pacientes para confirmarlo.
La investigación se publicará próximamente y ha estado liderada por
especialistas en medicina intensiva, cirujanos cardíacos, anestesiólogos y perfusionistas de los hospitales de Bellvitge y Germans Trias i Pujol y por bioquímicos del Hospital de Sant Pau.
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