Una investigación de la Unidad de Neurobiología del Desarrollo del Instituto de Neurociencias de Alicante explica por qué el corazón termina situado a la izquierda. La razón está en una serie de genes que durante el proceso embrionario 'empujan' al órgano hasta su posición final en la mitad izquierda del cuerpo.
El estudio, publicado en la revista Nature, ha descubierto que el cuerpo muestra una simetría bilateral externa que a nivel interno no se mantiene porque presenta muchas asimetrías en la posición de los distintos órganos.
Así, el hígado está a la derecha mientras que el bazo o el corazón se sitúan la izquierda. Sin embargo, todos los órganos aparecen en la línea media del cuerpo al principio del desarrollo embrionario y, a medida que este avanza, cada uno se coloca en la posición concreta que le corresponde. Este proceso es fundamental para el empaquetamiento correcto de todos los órganos y para su óptimo funcionamiento.
En el caso concreto del corazón, su posición con el polo inferior apuntando a la izquierda es fundamental para que haya una concordancia adecuada con las venas y arterias. El 50 por ciento de las alteraciones detectadas al nacer son malformaciones cardiacas y muchas de ellas tienen que ver con defectos en el posicionamiento del corazón.
Según la autora principal del estudio, Ángela Nieto, "el corazón aparece inicialmente en la línea media y sabemos que se desplaza a la izquierda. ¿Cómo? Porque hay unas células que, una vez formado el primordio cardiaco, llegan desde los dos lados del embrión hacia el centro. Pero llegan muchas más desde el lado derecho que del izquierdo, desplazando el corazón hacia la izquierda".
Hasta ahora, la opinión que dominaba era que había una serie de señales en el lado izquierdo del embrión que se reprimían en el lado derecho para que se produjera la asimetría. Sin embargo, el laboratorio encontró algo que parecía apuntar a la existencia de otro mecanismo adicional, preponderante en el lado derecho: "Nos encontramos genes que se expresaban más en el lado derecho. Sabíamos que estos genes eran inductores de movimientos celulares, por lo que pensamos que podrían existir movimientos predominantes desde la parte derecha".
El pez cebra, clave para el hallazgo
Los científicos han descubierto es que una vez formado el primordio del corazón, se incorporan a él más células desde la derecha del embrión, ejerciendo una fuerza de empuje de derecha a izquierda, y produciendo su desplazamiento.
Inicialmente hicieron estas observaciones en embriones de pollo, que es el modelo clásico. Y después confirmaron el proceso en pez cebra y en ratón, por lo que se trataba de un mecanismo conservado en distintas especies y con ello, extrapolable a humanos.
En palabras de otro de los investigadores principales, Óscar Ocaña, "el pez cebra es transparente y podíamos estudiar mejor los movimientos celulares. Comprobamos que al anular la función de estos genes, y con ello los movimientos de las células hasta el corazón, este permanecía en el centro en las tres especies".
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.