La enfermedad cardiaca es el mayor asesino en el mundo hoy en día, y se acepta ampliamente que nuestros genes interactúan con los factores de riesgo del estilo de vida tradicional, como fumar, la obesidad y/o una vida sedentaria para promover un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, un nuevo estudio en ovejas, publicado este martes en ‘Plos Biology', por un equipo de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, encuentra que las crías cuyas madres tuvieron un embarazo complicado pueden tener
mayor riesgo de enfermedad cardiaca en el futuro, lo que sugiere que nuestras tarjetas pueden estar marcadas incluso antes de nacer.
Además de los efectos del estilo de vida adulto, ya existe evidencia de que la interacción gen-ambiente antes del nacimiento puede ser tan importante, si no más, en la "programación" de la salud cardiaca futura y las patologías cardiacas. Por ejemplo, los estudios en humanos con hermanos muestran que
los niños nacidos de madres obesas durante el embarazo tienen
mayor riesgo de enfermedad cardiaca que los hermanos nacidos de la misma madre después de la cirugía bariátrica para reducir la obesidad materna.
Estos estudios han proporcionado una fuerte evidencia en humanos de que el ambiente experimentado durante los periodos críticos de desarrollo puede i
nfluir directamente en la salud cardiovascular a largo plazo y el riesgo de enfermedad cardiaca.
La nueva investigación financiada por la
Fundación Británica del Corazón y el
Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas de Reino Unido muestra que las crías adultas de embarazos complicados por hipoxia crónica tienen más elevados los indicadores de enfermedad cardiovascular, como presión arterial alta y vasos sanguíneos más rígidos. La hipoxia crónica o niveles de oxígeno inferiores a lo normal en el bebé en desarrollo dentro del útero es uno de los resultados más comunes de embarazos complicados en humanos. Ocurre como resultado de problemas dentro de la placenta, como puede suceder en la
preeclampsia, la
diabetes gestacional o el tabaquismo materno.
Vitamina C en el embarazo
El estudio de Cambridge, dirigido por el profesor
Dino Giussani, utilizó ovejas preñadas para demostrar que
el tratamiento materno con la vitamina C antioxidante durante un embarazo complicado podría
proteger a las crías adultas de desarrollar hipertensión y enfermedades cardiacas. Por lo tanto, el trabajo no solo proporciona evidencia de que es posible una influencia prenatal sobre la patología cardiaca posterior en la descendencia, sino que también muestra el
potencial de protegerse contra ella al "llevar medicina preventiva de vuelta al útero", propone la doctora Kirsty Brain, primera autora del estudio.
Resulta que la vitamina C es
un antioxidante comparativamente débil, y aunque el estudio de Cambridge proporciona una prueba de principio, el trabajo futuro debe centrarse en identificar terapias con antioxidantes alternativas que podrían resultar más efectivas en la práctica clínica humana.
"Nuestros descubrimientos enfatizan que cuando se consideran estrategias para reducir la carga general de la enfermedad cardiaca, se requiere mucha más atención a la prevención que al tratamiento.
El tratamiento debe comenzar lo antes posible durante la trayectoria de desarrollo, en lugar de esperar hasta la edad adulta cuando el proceso de la patología se vuelve irreversible", agrega el profesor Giussani. El trabajo llama la atención sobre una nueva forma de pensar acerca de las enfermedades cardiacas con una perspectiva a largo plazo, centrándose en la prevención en lugar del tratamiento.
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