Los
pensionistas valencianos han sufrido el copago en sus propias carnes. No es una frase hecha, sino literal: según
un estudio de la Fundación de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) un
6,8 por ciento del colectivo con
problemas del corazón (
síndrome coronario agudo, para más señas) dejó de tomar con regularidad su
medicación específica debido al aumento en un diez por ciento del
precio del fármaco.
Ese porcentaje en efecto abandonó su
tratamiento preventivo con anticoagulantes de la familia de los
inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA), lo que, según advierten de los cardiólogos, entraña un
elevado riesgo de recaída en especial en este grupo de población entre los años 2009 y 2011, que son los que contabiliza la investigación.
Es más: una cantidad de personas de ese colectivo incluso mayor, el
8,3 por ciento, hizo lo propio –y por la misma razón– con otro tipo de medicamentos fundamentales de prevención cardiovascular:
las estatinas.
El trabajo, que se ha publicado en
The British Medical Journal, incluye como primer firmante a
Beatriz González, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y también incluyen a estudiosos de la gestión sanitaria muy conocidos en España como el
ex presidente de la Asociación Economía de la Salud (AES), Juan Oliva.
Una muestra de 10.563 pacientes
Ellos mismos aclaran, en el artículo, el interés que les supuso, desde el punto de vista epidemiológico, el cambio de la política farmacéutica en España acontecido a raíz del decreto 16/2012. “Nuestra intención es
medir el impacto de este cambio en la adherencia a la medicación de pacientes con síndrome coronario agudo en la región de Valencia; para ello partimos de una cohorte de 10.563 pacientes que
sobrevivieron a esa enfermedad y los seguimos entre 2009 y 2011”, explican.
Para conocer si tomaban o no los medicamentos, los autores se basaron en los
registros de su prescripción y en su retirada de las farmacias.
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