“El
reconocimiento de que el
plomo y el
cadmio son
metales tóxicos que pueden envenenar las arterias y causar enfermedades cardiovasculares va a cambiar el tratamiento de los pacientes y nuestra visión del medio ambiente”. Así de contundente habla en
Redacción Médica Gervasio Lamas, jefe de Servicio de Cardiología del
Hospital Mount Sinai (Miami) y propulsor de un
ensayo clínico académico que busca iniciar un cambio radical en la práctica clínica de las enfermedades cardiovasculares.
Uno de los
factores de riesgo menos estudiados que desembocan en enfermedades cardiovasculares es
la acumulación de metales pesados en el organismo. Partiendo de esta premisa, el ensayo realizado en Estados Unidos y liderado por Lamas, espera demostrar que la administración de
quelantes de metal por vía intravenosa logra reducir enormemente la posibilidad de que las personas que han sufrido un
infarto de miocardio vuelvan a padecerlo. Actualmente el estudio se encuentra en la fase de seguimiento de los
1000 pacientes que han participado, y dentro de un año se espera contar con los
resultados definitivos. Los investigadores son optimistas al respecto y si las conclusiones son positivas, generarán un
impacto mundial en la salud cardiovascular.
Navas: "TACT2 ataca unos factores de riesgo que no se han considerado en el pasado"
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El estudio, conocido como
TACT2, se ha centrado en
pacientes con diabetes que han llegado a sufrir un infarto de miocardio.
Ana Navas, catedrática de epidemiología de la Universidad de Columbia e integrante del trabajo, apunta que “los actuales tratamientos para estos pacientes llegan a ser
de por vida y nunca solucionan del todo los problemas cardiovasculares. El abordaje realizado en el TACT2 ataca unos factores de riesgo que no se han considerado en el pasado, como es la exposición a los metales que se quedan en el cuerpo durante
décadas”.
Los metales, ignorados a la hora de abordar la arteriosclerosis
La principal novedad que presenta TACT2 es su rompedora manera de enfocar la
arteriosclerosis, nunca vista hasta ahora. "Los cardiólogos se pasan la vida
reduciendo la presión, colesterol, etc. Y se está ignorando un factor de riesgo enorme. La doctora Navas lleva años hablando del riesgo que suponen estos metales, es ciencia que ya está
escrita dentro de la epidemiologia. El hecho de no poner atención en este punto ha provocado que haya
ignorancia, y sí es posible tratar a los pacientes de una manera más simple que la actual”, concluye Lamas.
Lamas: "Una vez se expongan los resultados a la comunidad científica, si son positivos se iniciará el proceso con la FDA"
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A lo largo de un
año y
una vez a la semana, todos los pacientes reclutados desde diferentes centros de Estados Unidos y Canadá han sido sometidos a la administración de quelantes de metales por vía intravenosa. “Los metales se acumulan y generan
toxicidad en el cuerpo, y este tipo de aminoácido los recoge, arrastra y los acaba expulsando a través de la orina”, relata la investigadora, que espera terminar la fase de seguimiento en verano de 2023 para empezar a recabar los primeros datos.
Otra de las grandes ventajas de esta terapia y que podría llegar a facilitar la
vida de los pacientes es que el
beneficio llega a persistir a lo largo de los años. “La mayoría de tratamientos para enfermedades cardiovasculares no pueden dejarse debido a que el
riesgo vuelve a subir, por lo que acaban siendo de por vida. En cambio, este aminoácido se toma durante un año, el riesgo disminuye y no vuelve a aumentar”, expone Navas.
La FDA quiere un nuevo ensayo para validar el tratamiento
Lamas tiene la esperanza de que este tratamiento acabe siendo aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (
FDA) y más adelante por la Agencia Europea de Medicamentos (
EMA), debido a que se ha partido de una hipótesis más que sólida. “Se realizó un ensayo previo al actual, el TACT1, administrando quelantes de metales en pacientes con
infarto de miocardio previo. El ensayo demostró el beneficio cardiovascular de esta estrategia, especialmente en los diabéticos. La FDA comprobó que el tratamiento es eficaz y seguro, pero pedía ir más allá de un solo ensayo clínico, además de que no se guardó ninguna
muestra de sangre para comprobar qué había provocado el tratamiento. Este nuevo ensayo busca verificar entre los diabéticos los hallazgos y conocer qué ha pasado con los metales. Una vez se expongan los resultados a la
comunidad científica, si son positivos se iniciará el proceso con la FDA ”, expone el cardiólogo.
Un nuevo
enfoque para abordar las enfermedades cardiovasculares a través de los
metales pesados coge forma y puede marcar un antes y un después dentro de la
Cardiología. En menos de un año, ambos especialistas ya tendrán los primeros resultados del ensayo, con la esperanza de cambiar la vida a miles de pacientes.
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