Las personas que fueron expuestas a la nube de polvo o lesiones físicas durante los ataques terroristas contra el World Trade Center de Nueva York, Estados Unidos, el 11 de septiembre de 2001 pueden estar en mayor riesgo a largo plazo de asma, otras enfermedades respiratorias y ataques cardiacos, según un estudio publicado en la revista Injury Epidemiology.
Investigadores del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York examinaron la asociación entre lesiones físicas o exposición aguda a la nube de polvo en la mañana del 11 de septiembre de 2001 y enfermedades crónicas hasta entre diez y once años después del ataque terrorista (2010-2012).
Uno de los autores del análisis, Robert Brackbill, explica que “los resultados indican que la exposición intensa en un solo día contribuye sustancialmente al riesgo de desarrollar enfermedades crónicas”. Los investigadores encontraron que lesiones como fracturas, traumatismos o esguinces sufridos por las personas involucradas en el 11-S se asociaron con un mayor riesgo de angina o ataque cardiaco, una probabilidad que aumenta con cada tipo de lesión adicional.
Más enfermedad pulmonar no neoplásica
La exposición al polvo, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trabajo de rescate, así como el consumo de tabaco actual, se asociaron con un mayor riesgo de enfermedad pulmonar no neoplásica (afecciones pulmonares que no implicaban tumores) distinta de asma, mientras que la exposición al polvo por sí sola se asoció con un incremento del riesgo de asma. Ninguno de estos factores de riesgo se vinculó con un mayor riesgo de diabetes.
Del total de 8.701 personas inscritas en este estudio, el 41 por ciento sufrió una exposición intensa a la nube de polvo, el 10 por ciento tuvo una lesión única, el dos por ciento experimentó dos tipos de lesiones y el 1 por ciento registró tres o más. Los científicos detectaron 92 incidentes de cardiopatía, 327 nuevos casos de diabetes, 308 casos de asma y 297 casos de enfermedad pulmonar no neoplásica entre 7.503 trabajadores del área, 249 trabajadores de rescate, 131 residentes y 818 transeúntes, los grupos más expuestos.
Para examinar los efectos a largo plazo de la salud de la exposición aguda a la nube de polvo, o lesión física causada por el ataque terrorista, los autores utilizaron datos de la cohorte del WTC Health Registry. Este registro supervisa la salud física y mental de 71.431 personas expuestas a los ataques del 11 de septiembre y contiene datos recogidos durante tres oleadas en 2003-2004, 2006-2007 y 2011-2012. Se ha recogido una cuarta oleada de datos, pero no se han incluido en esta evaluación.
La falta de información específica sobre la gravedad, localización y tratamiento de las lesiones, así como sobre las circunstancias en las que se mantuvieron, significó que el número de tipos de lesiones se empleó como una medida indirecta de la gravedad de la lesión. Sin embargo, investigaciones anteriores han demostrado que más de un tipo de lesión se relaciona con mayor riesgo de muerte y estancias más largas en el hospital, según los autores.
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