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La resonancia magnética cardiaca es útil en un subgrupo de pacientes

La prueba es beneficiosa en aquellos con fracción de eyección del ventrículo izquierdo inferior al 50%

Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica del Incliva.

18 ene 2021. 17.10H
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Un equipo de investigadores ha presentado un novedoso estudio que demuestra la utilidad de la resonancia magnética cardiaca en un subgrupo de pacientes que han padecido un infarto agudo de miocardio, ya que ofrece, frente a la ecocardiografía, un mayor poder diagnóstico y puede predecir eventos adversos.

Se trata de un estudio realizado por investigadores del Incliva -liderados por el doctor Vicent Bodí, coordinador del Grupo de Investigación Traslacional en Cardiopatía Isquémica del Incliva-, en colaboración con investigadores del Hospital Universitari Vall d'Hebron -dirigidos por José Fernando Rodríguez-Palomares, responsable de la Unidad de Imagen Cardíaca y Patología Aórtica del Servicio de Cardiología- y del Hospital Clínic de Barcelona-IdibapsIBAPS -dirigidos por Jose T. Ortiz, cardiólogo adjunto de la Unidad de Cuidados Cardiacos Agudos (UCCA) e investigador del grupo en Imagen Cardíaca del Idibaps.

"Podemos investigar si interviniendo mediante terapias futuras o ya existentes podemos mejorar la calidad de los cuidados"

"En el infarto de miocardio se produce una dificultad para la llegada de sangre a alguna zona del músculo cariaco, por lo que se puede producir una cicatriz miocárdica y un empeoramiento de la función de bomba del corazón", explica Bodí. "Esta debilitación del músculo cardiaco habitualmente se estudia mediante una ecografía del corazón, o ecocardiografía".

No obstante, el estudio demuestra que, en algunos pacientes, la realización de una resonancia magnética cardiaca puede ayudar a predecir la probabilidad de padecer futuros eventos adversos como el fallecimiento o el ingreso por insuficiencia cardíaca (incapacidad del corazón para bombear toda la sangre que le llega).

La investigación, titulada 'Ejection Fraction by Echocardiography for a Selective Use of Magnetic Resonance After Infarction' se ha publicado en el último número de la prestigiosa revista Circulation: Cardiovascular Imaging, editada por la American Heart Association.

Utilidad solo en pacientes con función cardiaca reducida


Los investigadores reclutaron a 1.119 pacientes de los tres hospitales que colaboraron en el proyecto. Todos ellos habían sido ingresados por un infarto agudo de miocardio, y se realizó una ecocardiografía y, posteriormente, una resonancia magnética cardíaca.

"La resonancia magnética cardiaca solo fue útil en los pacientes que mostraron una función cardiaca reducida mediante ecocardiografía, lo que llamamos una fracción de eyección del ventrículo izquierdo inferior al 50 por ciento", puntualiza Bodí.

La ecocardiografía es una técnica muy fiable para valorar la función de bombeo del corazón, pero la resonancia magnética ofrece un aún mayor poder diagnóstico. Este hecho podría explicar los resultados del estudio, según los investigadores: "Cuando hacemos una ecocardiografía tras un infarto y la función de bombeo del corazón es normal, el pronóstico es generalmente bueno. No obstante, si la función está reducida, esto supone un signo de alarma, y estos pacientes sí se benefician de una técnica de imagen más avanzada como es la resonancia magnética cardiaca".

Seleccionan pacientes para evitar pruebas innecesarias


A pesar de su utilidad, la resonancia magnética cardiaca es una técnica costosa y con limitada disponibilidad y, es por ello, por lo que la selección de pacientes es fundamental. Según Bodí: "Nuestro estudio ayuda, por una parte, a seleccionar a qué pacientes resulta beneficioso practicarles esta prueba de forma precoz tras el infarto. Pero, de forma también muy importante, permite ahorrar esta técnica en pacientes en los que no reporta ningún beneficio".

Según sus datos, aproximadamente la mitad de los pacientes ingresados por los infartos agudos de miocardio más graves podrían beneficiarse de una resonancia magnética cardiaca.

Además, esta mejor selección de pacientes podría ayudar en un futuro a investigar mejores terapias para el infarto de miocardio. "Determinando de forma más precisa a quién realizar una resonancia magnética cardiaca, podemos investigar si interviniendo mediante terapias futuras o ya existentes podemos mejorar la calidad de los cuidados que ofrecemos", explican Theodore M. Murphy y Steffen E. Petersen, del St Bartholomew's Hospital de Londres, en el editorial que acompaña al artículo original.

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