Los adolescentes que padecen
obesidad,
diabetes tipo 2 o
hipertensión tienen un mayor riesgo de
envejecimiento prematuro de los
vasos sanguíneos, en comparación con aquellos que no padecen estas enfermedades, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) y que
ha sido publicado en el Journal of the American Heart Association.
A esta conclusión han llegado tras analizar durante cinco años, a 141 adolescentes con
peso normal, 156 con
obesidad, y 151 con
diabetes tipo 2, con una
edad media de 17,6 años. Al final del estudio, los adolescentes con obesidad, diabetes tipo 2 o hipertensión, los principales factores de riesgo de infartos o ictus en la edad adulta, eran significativamente más propensos a tener arterias carótidas más gruesas y rígidas.
"Los participantes con hipertensión tenían un riesgo muy similar al de aquellos con obesidad o diabetes tipo 2"
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"Lo que más sorprendió a nuestro equipo fue que los participantes con hipertensión, en comparación con sus compañeros de estudio, tenían un
riesgo muy similar al de aquellos con obesidad o diabetes tipo 2", han explicado los investigadores.
La salud de la arteria carótida se evaluó mediante
ultrasonido no invasivo y a
velocidad de la onda del pulso. El ultrasonido midió el
grosor de las
dos capas internas del vaso sanguíneo, conocido como grosor de la íntima media carotídea; mientras que la velocidad de la onda del pulso mide lo rápido fluye la sangre a través de los vasos sanguíneos. Ambas medidas se tomaron al comienzo del estudio y cinco años después.
El análisis concluyó que los adolescentes con obesidad, diabetes tipo 2 o hipertensión tuvieron un
mayor cambio en el grosor y en la
rigidez de sus arterias, en comparación con los participantes que tenían un peso normal. Unos problemas que evidencian un mayor riesgo de infarto e ictus en el futuro y en la propia adolescencia.
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