Según una nueva investigación publicada en el
European Heart Journal, de la
Sociedad Europea de Cardiología, algo más de
uno de cada diez pacientes con cáncer no mueren de un tumor sino de problemas cardíacos y vasculares. Para algunos tipos de cáncer, como el de mama, próstata, endometrio y cáncer de tiroides, aproximadamente la mitad morirá de
enfermedad cardiovascular.
Nicholas Zaorsky, oncólogo radiólogo, y
Kathleen Sturgeon, profesora asistente en ciencias de la Salud Pública tanto en el Colegio de Medicina de Penn State como en el Instituto de Cáncer de Penn State, compararon la población general de Estados Unidos con más de 3,2 millones de pacientes estadounidenses que habían sido diagnosticados con cáncer entre 1973 y 2012.
Utilizaron la información contenida en la base de datos de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER, por sus siglas en inglés) para observar las
muertes por enfermedad cardiovascular (ECV), es decir, enfermedades cardíacas, presión arterial alta, enfermedad cerebrovascular, arterias bloqueadas y daño a la aorta, la arteria principal que transporta sangre desde el corazón al resto del cuerpo.
Ajustaron sus análisis para tener en cuenta los factores que podrían afectar los resultados, como la edad, la raza y el sexo, y analizaron específicamente 28 tipos diferentes de cáncer.
Riesgo mayor en el primer año tras el diagnóstico
Entre los 3.234.256 pacientes con cáncer, el 38 por ciento (1.228.328) murió de cáncer y el 11 por ciento (365.689) murió de ECV. Entre las muertes por ECV, el 76 por ciento se debió a una enfermedad cardíaca, y el riesgo de morir por ECV fue mayor en el primer año después de un diagnóstico de cáncer y entre pacientes menores de 35 años.
La mayoría de las muertes por ECV ocurrieron en pacientes con cánceres de mama (un total de 60.409 pacientes) y próstata (84.534 pacientes), ya que se encuentran entre los cánceres más comunes para ser diagnosticados. En 2012,
el 61 por ciento de todos los pacientes con cáncer que murieron de ECV fueron diagnosticados con cáncer de mama, próstata o vejiga.
Los pacientes con mayor probabilidad de morir por cáncer que por enfermedad cardiovascular eran aquellos con tumores más agresivos
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La proporción de supervivientes de cáncer que murieron por ECV fue mayor en la vejiga (19 por ciento de los pacientes), laringe (17 por ciento), próstata (17 por ciento), útero (16 por ciento), intestino (14 por ciento) y mama (12 por ciento).
Los pacientes que tenían más probabilidades de morir de cáncer que de ECV eran aquellos con los cánceres más agresivos y difíciles de tratar, como el cáncer de pulmón, hígado, cerebro, estómago, vesícula biliar, páncreas, esófago, ovario y mieloma múltiple.
28 tipos de cáncer y 40 años de datos
Este es el estudio más grande y completo que analiza las muertes por enfermedad cardiovascular entre pacientes con 28 tipos de cáncer con más de 40 años de datos. Otros estudios más pequeños han analizado el riesgo de muerte por ECV en algunos cánceres específicos, pero
ninguno ha analizado tantos cánceres con un seguimiento tan largo.
Sturgeon explica que "estos hallazgos muestran que una gran proporción de ciertos pacientes con cáncer morirán de enfermedades cardiovasculares, incluyendo
enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, aneurismas, presión arterial alta y daño a los vasos sanguíneos".
"También encontramos que entre los sobrevivientes con cualquier tipo de cáncer diagnosticado antes de los 55 años,
el riesgo de muerte cardiovascular fue más de diez veces mayor que en la población general –añade–. Los supervivientes de cáncer con cáncer de mama, laringe, piel, linfoma de Hodgkin, tiroides, testículos, próstata, endometrio, vejiga, vulva y pene, tienen la misma probabilidad de morir de enfermedades cardiovasculares que de su cáncer inicial".
Según explica, "el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares es varias veces mayor que el de la población general en el primer año de diagnóstico, a veces, este riesgo disminuye, pero para la mayoría, este riesgo aumenta a medida que se sigue a los sobrevivientes durante diez años o más, lo que puede estimularles a implementar comportamientos de estilo de vida saludables que no solo disminuyan su riesgo de enfermedad cardiovascular, sino también el riesgo de recurrencia del cáncer".
Formación en Cardio-Oncología
Por su parte, Zaorsky destaca que "los médicos deben ser conscientes de que la mayoría de las muertes por enfermedades cardiovasculares ocurren en pacientes diagnosticados con cáncer de mama, próstata o vejiga".
Por lo tanto, a su juicio, habría que fomentarse la apertura de centros de Cardio-Oncología y que los médicos de Atención Primaria y los cardiólogos puedan tratar de controlar las enfermedades cardiovasculares de manera más agresiva en los sobrevivientes de cáncer. "
A medida que aumenta el número de sobrevivientes de cáncer, la tasa de muertes cardiovasculares seguirá aumentando", alerta.
Según señala, la razón por la cual los pacientes con cáncer tienen más riesgo de morir por enfermedad cardiovascular dentro del primer año del diagnóstico podría ser porque cuando ingresaron al sistema hospitalario, también se detectaron otras enfermedades y problemas, como enfermedades cardíacas, disfunción pulmonar e insuficiencia renal. También podría explicarse por el
tratamiento agresivo que sigue a un diagnóstico de cáncer.
"Esperamos que estos hallazgos aumenten la conciencia en pacientes, médicos de Atención Primaria, oncólogos y cardiólogos sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular en pacientes con cáncer y la necesidad de una atención cardiovascular más temprana, más agresiva y mejor coordinada", concluye Sturgeon.
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