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Los 3 factores que indican riesgo cardiovascular en las adolescentes

La investigación nace de un consenso nacional y busca llegar tanto a profesionales como a la ciudadanía general

El estudio también analiza los factores de riesgo cardiovascular específicos del sexo.

04 mar 2025. 17.20H
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Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de mortalidad en las mujeres, representando el 35 por ciento del total de muertes en mujeres en 2019. 1 Si bien la mortalidad por ECV estandarizada por edad en las mujeres ha disminuido a nivel mundial en los últimos 30 años, se ha documentado un aumento en el infarto agudo de miocardio (IM) entre las mujeres más jóvenes en la última década. 

Con motivo el próximo 8 de marzo del Día Internacional de la Mujer, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) presenta el primer consenso nacional sobre el manejo de las enfermedades cardiovasculares en la mujer. El artículo, publicado en Revista Española de Cardiología, alerta sobre tres factores de riesgo cardiovascular clave para tener en cuenta en las adolescentes: un aumento de la masa grasa y el tejido adiposo, una disminución de la actividad física moderada-vigorosa y un incremento del consumo de cigarrillos.

El documento ha sido elaborado de forma multidisciplinar, en colaboración con otras sociedades científicas y asociaciones españolas: Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), Asociación Española de Pediatría (AEP), Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) y Asociación Española de Matronas (AEM).

Este trabajo surge en el seno del proyecto ‘Mujer y Corazón’ de la SEC que busca incrementar el conocimiento existente sobre las enfermedades cardiovasculares en la mujer, tanto entre los profesionales sanitarios como en la población general. Además, el documento proporciona una serie de recomendaciones sobre el manejo de la prevención cardiovascular primaria y secundaria en mujeres a lo largo de las diferentes etapas de su vida.


Factores de riesgo clave


El estudio destaca que los adolescentes (10-21 años) tienen 3 factores de riesgo clave a tener en cuenta: un aumento de la masa grasa y del tejido adiposo, proporcionalmente mayor que en los niños, una disminución de la actividad física moderada-vigorosa y un aumento del consumo de cigarrillos, que ahora es más frecuente que en los niños.

En relación a los factores de riesgo cardiovascular específicos del sexo, estudios recientes estiman que el síndrome de ovario poliquístico afecta aproximadamente del 8 por ciento al 13 por ciento de las mujeres en edad reproductiva, lo que lo convierte en uno de los trastornos endocrinos más comunes. Las mujeres con estos desequilibrios hormonales son más propensas a desarrollar trastornos metabólicos, como resistencia a la insulina, obesidad central y dislipidemia, así como hipertensión.

Además, se revisan de forma exhaustiva los factores de riesgo cardiovascular específicos del sexo femenino, como el síndrome de ovario poliquístico o la insuficiencia ovárica prematura. Y es que, se sabe que las mujeres con estos desequilibrios hormonales tienen más probabilidade de desarrollar trastornos metabólicos como resistencia a la insulina, obesidad central y dislipidemia, así como hipertensión.

Respecto a los factores de riesgo cardiovascular en el embarazo, se repasan la prevalencia y manejo de la hipertensión gestacional, diabetes, obesidad y la relación de los abortos y el parto prematuro espontáneo con el incremento del riesgo cardiovascular. Las especialistas también inciden en la necesidad de las revisiones tras el parto, lo que se conoce como “cuarto trimestre”, un periodo vital para el seguimiento, ya que más del 70 por ciento de las muertes maternas ocurren después del parto y casi el 40 por ciento dentro de las primeras seis semanas. Del mismo modo, se repasa el manejo del riesgo cardiovascular de la mujer durante la menopausia y la relación de algunas enfermedades autoinmunes, como el lupus o la artritis reumatoide con el incremento de ese riesgo.

Necesidad de mejorar la prevención de eventos cardiovasculares


Por otro lado, el artículo también subraya la necesidad de mejorar la prevención secundaria de los eventos cardiovasculares en las mujeres, ya que ellas tienen mayor riesgo que los hombres de sufrir otro evento de este tipo tras el primero. Asimismo, los expertos inciden en la necesidad de incrementar la participación de mujeres en los programas de rehabilitación cardiaca.

Antonia Sambola, coordinadora del Grupo de Trabajo en Enfermedad Cardiovascular de la Mujer de la SEC, considera que “este documento de consenso representa un avance significativo en la atención cardiovascular en las mujeres, ya que proporciona a los profesionales de la salud una guía basada en la mejor evidencia disponible para abordar las particularidades de la enfermedad cardiovascular en las distintas etapas de la vida de la mujer, desde la adolescencia hasta la menopausia. Su utilidad radica en la integración de perspectivas multidisciplinares y en la promoción de un enfoque personalizado, lo que permitirá mejorar la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento eficaz de estas patologías en las mujeres”. 

Rehabilitación cardiaca de la mujer 


La participación en programas de riesgo cardiovascular (RC) se asocia con una reducción de la mortalidad total, con un efecto más pronunciado en las mujeres en comparación con los hombres. En un estudio de 20.895 pacientes después de un infarto de miocardio, la participación del riesgo cardiovascular basada en el ejercicio se relacionó con una menor mortalidad total, que fue más pronunciada en las mujeres que en los hombres. Esta diferencia de género podría explicarse por un mayor potencial de tratamiento en las mujeres, ya que las mujeres tienen una mayor mortalidad que los hombres.

Aunque la enfermedad coronaria es la principal indicación de RC en España, se han descrito los beneficios de la RC en varias afecciones cardíacas, que es particularmente prevalente en mujeres, especialmente. Sin embargo, la mayor parte de la evidencia sobre la RC se ha centrado en la fracción de eyección reducida, aunque varios ensayos aleatorizados demuestran los beneficios potenciales de la RC en la ICpEF74.
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