Un estudio italiano, llevado a cabo sobre una cohorte de más 20.000 personas, ha observado que las personas que consumen habitualmente
pimiento picante,
peperoncino o
cayena (también conocido como ají, chile o
chili pepper en otros países), tienen un
menor riesgo de fallecer por accidentes cardiovaculares y cerebrovasculares. Todos estos tipos de pimientos están unidos por la capsaicina, la sustancia que genera el la sensación de picor.
El estudio, publicado en el
Journal of the American College of Cardiology (JACC), ha sido realizado por el Departamento de Epidemiología y Prevención de IRCCS Neuromed en Pozzilli, en Italia, en colaboración con el Departamento de Oncología y Medicina Molecular del Istituto Superiore di Sanità en Roma, la Universidad de Insubria en Varese y el Cardiocentro mediterráneo en Nápoles.
La cayena está muy ligada a la dieta mediterránea, pero su efecto beneficioso es independiente del resto de la alimentación
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La investigación examinó a
22.811 ciudadanos de la región de Molise, en Italia, que participaron en el estudio 'Moli-sani'. Después de su estado de salud durante un período promedio de aproximadamente 8 años, y comparándolo con sus hábitos alimenticios, los investigadores de Neuromed observaron que, en personas que regularmente consumen peperoncino (4 veces a la semana o más), el riesgo de morir de un ataque cardíaco estaba reducido en un
40 por ciento. La reducción del riesgo de mortalidad cerebrovascular fue aún mayor, ya que bajaba a más de la mitad.
"Un hecho interesante –señala Marialaura Bonaccio, epidemióloga neuromédica y primera autora de la publicación– es que la protección contra el riesgo de mortalidad era independiente del tipo de dieta que la gente seguía. En otras palabras, alguien puede seguir una dieta mediterránea saludable, otra persona puede comer menos saludable, pero para todos ellos el
chile tiene un efecto protector".
Población mediterránea
El estudio 'Moli-sani' es el primero en explorar las propiedades de esta especia en relación con el riesgo de muerte en una población europea y mediterránea.
"El ají, chile o peperincino –comenta Licia Iacoviello, directora del Departamento de Epidemiología y Prevención del IRCCS Neuromed y profesora de Higiene y Salud Pública en la Università dell'Insubria de Varese– es un componente fundamental de nuestra
cultura alimentaria. Lo vemos colgado en balcones italianos, e incluso representados en joyas".
"A lo largo de los siglos, se han asociado propiedades beneficiosas de todo tipo con su consumo, principalmente sobre la base de anécdotas o tradiciones, si no de magia. Es importante ahora que la investigación se ocupa de ello forma, proporcionando rigor y evidencia científica –prosigue–. Y ahora, como ya se observó en China y en los Estados Unidos, sabemos que las
diversas plantas de las especies de pimiento, aunque se consumen de diferentes maneras en todo el mundo, pueden ejercer una
acción protectora para nuestra salud".
Ahora
serán necesarias nuevas investigaciones para comprender cómo actúan los mecanismos bioquímicos a través de los cuales el pimiento picante y sus 'parientes' (todos unidos por la presencia de una sustancia llamada
capsaicina).
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