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La escasez de sanitarios lastra la plena implantación del Código Infarto

Se necesitan quirófanos hemodinámicos y cardiólogos para cubrir 24 horas, los 365 días al año

Alberto Cordero, cardiólogo del Hospital Universitario San Juan.

12 dic 2017. 17.20H
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POR BORJA NEGRETE
Desde hace años, las comunidades autónomas han ido adoptando sus propios Código Infarto, protocolos de actuación para organizar el tratamiento de pacientes infartados en cualquier momento del día. A pesar de que se ha extendido su uso por España y se han demostrado sus beneficios, siguen existiendo dos importantes obstáculos que dificultan su aplicación: la escasez de personal y medios en varias regiones.

Alberto Cordero, cardiólogo del Hospital Universitario San Juan de Alicante, ha explicado a Redacción Médica que los centros sanitarios de regiones pequeñas carecen de un quirófano hemodinámico adecuado para poder llevar a cabo los cateterismos. Además, ha apuntado que no todos los hospitales cuentan con suficientes cardiólogos como para cubrir 24 horas, los 365 días al año.

El objetivo es que el paciente en parada no tarde más de dos horas en llegar al hospital para un cateterismo


“En la zona norte de la provincia de Alicante el Hospital San Juan es el único activo las 24 horas de todo el año para afrontar los Código Infarto. Somos sólo cuatro cardiólogos para turnarnos y atendemos una media de 300 urgencias anuales. Ya nos hemos visto a Papa Noel y nos hemos tomado las uvas en el hospital varias veces. Desde hace años, venimos reclamando desde la Sociedad Española de Cardiología (SEC) a las autoridades sanitarias un incremento de personal y de medios para poder ofrecer una asistencia óptima”, ha señalado Cordero.

El reto de los 120 minutos

El objetivo primordial del Código Infarto es que la persona que haya sufrido la parada cardiaca no tarde más de dos horas en llegar al hospital más cercano para que se le aplique el cateterismo. Antiguamente se practicaba una fibrinólisis en su lugar, pero se ha demostrado que es mucho más inefectiva.

Este objetivo no siempre se puede cumplir debido a la propia disposición geográfica de los hospitales. “La logística es en ocasiones muy complicada. Los pacientes que sufren un infarto en Dènia, por ejemplo, llegan con el tiempo justo a nuestro hospital pues están en el extremo sur de la zona que atendemos”, ha aseverado el cardiólogo.

Los hospitales de los países nórdicos, donde empezó la práctica del Código Infarto, cuentan en algunas zonas incluso con helicópteros propios para cumplir con los tiempos. 

La cuenta pendiente de algunas CCAA

Prácticamente todas las comunidades autónomas españolas cuentan con su propio Código Infarto. La última en empezar a trabajar en ello ha sido Extremadura, donde el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, anunció en septiembre la implantación futura de este protocolo.

Canarias, sin embargo, carece todavía de este mecanismo. La Sociedad Canaria de Cardiología mostró en un congreso el pasado noviembre su preocupación por la inexistencia de Código Infarto, y expresó la necesidad de su aplicación en una comunidad donde cada año fallecen 3.000 personas a causa de la parada cardiaca.


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