La
incidencia de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio disminuyó tras la vacunación contra el coronavirus. Estos datos fueron menores tras comenzar la campaña de vacunación que antes o en comparación con las personas que aún no estaban vacunadas.
Estas son las principales conclusiones obtenidas en un estudio a partir de
datos de 46 millones de adultos de Inglaterra. Los resultados muestran que la incidencia de trombosis arterial, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares eran hasta un 10 por ciento menor en las 13 a 24 semanas posteriores a la primera inoculación contra el
covid. Tras la segunda dosis, esta cifra fue hasta un 27 por ciento menor después de la vacuna de
Astrazeneca y hasta un 20 por ciento menor si era de
Pfizer/Biotech. Los episodios trombóticos comunes, principalmente embolia pulmonar y trombosis venosa profunda de extremidades inferiores continuó con un patrón similar.
Esta investigación
ha estado liderada por tres universidades - Cambridge, Bristol y Edimburgo - y facilitada por el Centro de Ciencia de Datos de la Fundación Británica del Corazón, entidad encargada de analizar los registros de salud no identificados de estas personas entre diciembre de 2020 y enero de 2022.
Estos datos provenían de consultas médicas, ingresos hospitalarios y registros de defunciones. Los resultados obtenidos han sido publicados en
Nature Communications.
Otros hallazgos de la investigación
Otras investigaciones anteriores ya habían demostrado que la
incidencia de complicaciones cardiovasculares raras es mayor tras la inoculación de algunas vacunas contra el covid, dado que se notificaron incidencias de miocarditis y pericarditis tras vacunas que estaban basadas en ARNm, como la de Pfizer/Biotech y trombocitopenia trombótica inducida por vacunas basadas en adenovirus, como la de Astrazeneca.
Este estudio publicado este miércoles, además de respaldar estos hallazgos,
no identificó nuevas afecciones cardiovasculares adversas que se asocian a la vacunación y ofrece más garantías de que los beneficios superan los riesgos.
La incidencia de patologías cardiovasculares es mayor tras sufrir la enfermedad, especialmente en casos graves, lo que puede explicar por qué la incidencia de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares es menor en los vacunados en comparación con las no vacunadas.
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