Ya era conocido que las
características del hospital y del servicio que atienden
un infarto agudo de miocardio se reflejan de manera notoria en la
supervivencia del enfermo a los 30 días del episodio. Ahora se ha demostrado que esa diferencia también se aprecia a largo plazo.
El estudio que así lo atestigua
acaba de ser publicado en The New England Journal of Medicine y concluye que el tipo de hospital en el que recae el paciente infartado condiciona que se alargue o acorte su vida en alrededor de un año.
Para distinguir los mejores centros de los menos resolutivos, la investigación recurre a la tasa de
riesgo de mortalidad ajustada a los 30 días del ingreso (el propio trabajo ha comprobado que la expectativa media de vida del paciente en el tiempo disminuye en la medida en que aumenta esa variable estadística del centro).
Y, en efecto, los resultados no dejan lugar a dudas: como promedio, los enfermos que recibieron atención especializada en hospitales de alta capacidad resolutiva viven entre 0,74 y 1,17 años más que los que son trasladados a centros con peor capacidad de respuesta.
Una muestra de 119.735 pacientes ingresados en 1.824 hospitales
La muestra de pacientes utilizada en el trabajo fue de 119.735 pacientes admitidos en 1.824 hospitales, y, según reseñan los autores, se utilizó la base de datos del
Proyecto Cooperativo Cardiovascular, un estudio que recopila información de estadounidenses atendidos en el servicio público de salud del país,
conocido como Medicare, que fueron ingresados con diagnóstico de infarto agudo de miocardio entre 1994 y 1996.
Los investigadores agruparon los hospitales en cinco estratos a partir del grado de gravedad de los casos atendidos; dentro de cada uno de estos cinco segmentos, a su vez, procedieron a calcular la
expectativa de vida de los pacientes ingresados en función de si el hospital respondía a las características de centro con alta o baja capacidad de respuesta.
Esta distinción, esencial para comprender el alcance de los resultados del estudio, se calculó a partir de quintiles porcentuales de riesgo de mortalidad ajustada a los 30 días de la admisión del enfermo, una variable habitual en la literatura científica para esta clase de valoración de los centros, según el propio estudio señala en su introducción.
Estudios similares en España
En España, existen indagaciones recientes que confirman que el tipo de hospital influye “de manera muy significativa” en el pronóstico del enfermo con infarto agudo de miocardio. En concreto,
un trabajo publicado en Revista Española de Cardiología desvela que “las características del hospital, ser atendido por un Servicio de Cardiología y el intervencionismo coronario se asocian con la
supervivencia intrahospitalaria del paciente con infarto”.
Al parecer, esa diferencia cualitativa según el centro de ingreso también repercute en la supervivencia una vez el paciente se da de alta.
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